Sicópata y pianista
por Rodolfo Herrera Charolet
El viejo
elevador con sus rejas plegadizas que se abren y cierran, que abren y bajas por
el viejo túnel que las contiene. La pareja de jóvenes tras recorrer los seis
pisos, llegan al vestíbulo que los lleva a la puerta del departamento al que
ingresan con prisa besándose, acariciándose, despojándose de sus ropas que van
quedando en el camino hacia la recámara en donde se funden en una intimidad
apresurada sin preámbulo.
Ella
lo abraza como náufrago al mástil de un barco destruido, entre el oleaje
furioso que la consume. Él como mar embravecido la hace suya en un momento de
desenfreno, para luego recostarse rendido, exhausto, satisfecho. Para ambos no
importa que hace una par de semanas eran desconocidos uno del otro, ahora se
han fundido como un solo entre ilusiones y gusto.
Tras
ese encuentro furioso y fugaz, la pareja desnuda recoge sus ropas del suelo
para regresarlas a su cuerpo, al mismo tiempo que el ocaso tiñe de rojo el
firmamento y las sombras que deambulan se aferran a los muros y recovecos de la
metrópoli, ensombreciendo las calles y los parques que se convierten en las
guaridas de los trúhanes.
Mientras
se visten, la pareja interrumpe el silencio con el dialogo de quienes son,
porque todo ha caminado tan aprisa que apenas se conocen. Él de 19 años, delgado
pero atlético, es un excelente deportista, pianista, premiado olímpico en
matemáticas, química y física, con desempeño académico superior. Hijo de una
familia educada que le ha cultivado el deber y el esfuerzo. Mientras que ella, de
17 años, delgada, de hombros finos y cabello largo y negro, de familia humilde,
fantasea y desea convertirse en edecán y de alguna forma encontrar un futuro en
esa industria.
En esa
plática confidente, él le muestra su medalla de bronce que ganó en Estonia
cuando participó representando a México en la Olimpiada Internacional de
Física. Le cuenta a ella que tiene un lugar asegurado en Jacobs University de
Bremen, Alemania y que ya habla alemán, además de inglés y que ya había viajado
a ese país, cuando su tío lo llevó al Mundial de Fútbol 2006. Ella en tono
burlón, lo percibe como un chavo en plan de mala onda, presumido, presuntuoso.
Así
que ella sin decir más, suelta una carcajada y simplemente sonríe retando al
muchacho a que siga su perorata, interrumpiéndolo con sus carcajadas forzadas.
Con ese tono dulzón burlón.
El
muchacho por primera vez siente crecer en su interior un odio profundo, que le
hace nublar la vista y apretar los puños. Con ninguna de sus anteriores novias
le había ocurrido algo similar, quizás porque sus logros y sacrificios de años
eran parte de su atractivo, o porque su habilidad con el piano era una forma de
cautivarlas. Pero para ella, la que con carcajadas lo retaba a callarse y no
seguir mencionando sus logros, con ella que hace unos momentos había conocido
su delicia amatoria, era incomprensible.
Ella
sonriendo con ese tono de burla, se acerca a él, y la rechaza, se aleja. Ella
nuevamente se acerca y en esta ocasión la empuja, ella tropieza y cae pegándose
la cabeza en el suelo. Ambos se asustan, ella empieza a gritar y se abalanza
sobre él para arañarlo en la cara, como desquite, como muestra de que ella
también puede. Él se defiende y la golpea en la cara, ella grita más al mismo
tiempo que hunde sus uñas en la piel de él.
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¡Cállate! ¡Cállate!
Y ella
se calla, cuando las manos de él aprietan su cuello y ambos en el suelo
forcejean, uno tratando de callarla apretando y apretando cada momento más,
ella tratando de respirar. Han pasado unos instantes que parecen tiempo eterno,
ella ha dejado de luchar y las manos del demonio que se apoderó de su alma y
cuerpo, sigue apretando el cuello, hasta que la muchacha sin fuerza, sin
aliento, ha dejado de respirar para siempre. Él se levanta, se asusta, se
dirige a su cuarto, no sabe qué hacer, en su cabeza la inteligencia se ausenta,
sabe que ya está muerta, tirada en su departamento. ¿Cómo sacarla? ¿Cómo llevarla?
Trata de levantarla y el cuerpo que ya no ofrece resistencia parece más pesado
que una losa, aún caliente empieza a enfriarse y a ponerse rígido. Ha pasado
media hora y en su cabeza no ha retornado la calma, sigue el caos de las ideas,
de las soluciones posibles para salir de ese problema. Entonces, imagina, llega
la solución. ¡Basura!
Así
que corre a la cocina y toma un cuchillo filetero de 20 centímetros, lo encaja
al fondo de la axila en la articulación glenohumeral, entre el trocante y su
fosa para desprender el brazo. Luego el otro. El piso y su ropa se llenan de
sangre. Sigue cortando y ahora lo hace en la articulación de la pierna, pero es
una tarea difícil y no logra desprender la pierna, así que busca algún cuchillo
más grande y encuentra un hacha pequeña, la misma que compró de complemento en
una de sus excursiones. Sigue su faena de desprender partes del cuerpo. Regresa
a la cocina y toma las bolsas negras de la basura. Mete una dentro de otra,
para luego introducir los miembros desprendidos, todos por separado y en
partes. Se despoja de la ropa y se baña, se coloca ropa limpia y toma una de
las bolsas de basura, sale sigilosamente pasada la media noche y la deposita en
un basurero. Regresa al departamento y recoge otra bolsa para depositarla en
otro basurero. Esta rutina la repite hasta que se ha deshecho de todo, en
ocasiones no encontró basurero y las depositó entre jardineras de la unidad de
Tlatelolco y en montoneras.
La
prensa publicó “Mujer descuartizada fue
encontrada en Tlatelolco. Los familiares identificaron el cuerpo desde el martes
pasado, cuando su rostro fue publicado en un periódico” Los hechos habrían
ocurrido el 28 de junio de 2013.
Quizás exista un psicópata encubierto en
el cuerpo de un genio y nadie sabe que botón o situación es detonante de la
peor de sus locuras, genio o gran deportista. Así que cualquier persona, además
de genio puede ser un psicópata y pianista.
¿O
no lo cree usted?
Alejandro Jalil García Monreal En entrevista afirmó que otro de los problemas que enfrenta la sociedad, son los feminicidios que, como en el caso de Puebla, van en aumento. Un hecho lamentable y que requiere de la Alerta de Género a fin de que sean adoptadas las políticas públicas que mejoren las condiciones sociales en beneficio de las mujeres.
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