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Mujeres de lengua fría


Fauna Política
Mujeres de lengua fría
Por Rodolfo Herrera Charolet

Amaneció con las manos y pies atados, la boca entre el lodo y las aguas negras, dentro de una bolsa de basura, con la muerte pegada a todo su cuerpo, como si tuviera la culpa de haber nacido mujer, como si los golpes y las cortadas fueran su destino final.


Ella que por ahora no tiene nombre, no hay memoria que la recuerda aun, no se sabe el motivo, no se sabe su mayor pecado, solo se sabe si le preguntan, que fue mujer, que sus heridas son lunares en cuerpo abandonado en entre la inmundicia, en un lugar como cualquier otro en donde son abandonadas, como si fuera la costumbre cotidiana, como si no importara a las autoridades.

Botín político de aspirantes a seguir en los cargos públicos, ahora que es necesario figurar, pero hace uno o dos años sus bocas, como la mujer que tiene en la lengua el sabor de la muerte, estaban igual de mudas, igual de tiesas, igual de podridas.

Tantas son las muertas, que en pocos años suman más de quinientas, como champiñones de temporada se incrementaron por las lluvias de la indiferencia, por el calor de la complacencia, por la costumbre de la incompetencia.

¿Cuántas más se requieren? ¿Cuántas hijas? ¿Cuántas madres? ¿Cuántas novias? ¿Cuántas amigas? Pero ellos, los políticos de las decisiones siguen mudos, los periodistas del convenio siguen callados, los líderes siguen con las complicidades y ellas, las mujeres muertas siguen acumulando el guarismo de la tragedia.

Hoy las vidas de las mujeres en Puebla estallan y terminan en la noche, entre las antiguas calles, en calles que sangran, en calles empolvadas por la apatía. Flores marchitas arrancadas de la vida, en donde sus hojas que palidecen, danzan hacia las sombras, hacia el olvido, hacia la muerte.

Son las mujeres de Puebla noticia de nota roja. Son también  tema para encumbrar a defensoras con disfraz femenino. Son botín de la novedad y el descaro, porque mientras de dientes para fuera defienden y piden su esclarecimiento de muerte, llevan en la maleta sus más ruines deseos, son mujeres de lengua fría.

¿Entonces?

El discurso de los políticos es como la leña verde que se quema en la hoguera de sus vanidades, verdades a medias, mentiras verdaderas y nos hacen llorar los humos de su indolencia. Las niñas de ayer que también tuvieron sueños, que alguna vez quisieron ser abuelas; hoy en su danza son el número de la tragedia, de la pereza, del ejemplo de la componenda, de la calificación reprobada, de los sueños que escaparon por la ventana vacía.
Hoy a las mujeres de Puebla les caen rayos porque no tienen antenas ni paraguas. En sus ojos, sus lágrimas secas, no verán más el sol por las mañanas, ni por las noches las lunas enamoradas. Porque los encargados de protegerlas, creen que ya están grandes y ellas mismas deben atarse sus agujetas.

En verdad, las mujeres que mueren son una tragedia y por desgracia se convierten en el botín de las mujeres de lengua fría.

¿O no lo cree usted?




Alejandro Jalil García Monreal En entrevista afirmó que otro de los problemas que enfrenta la sociedad, son los feminicidios que, como en el caso de Puebla, van en aumento. Un hecho lamentable y que requiere de la Alerta de Género a fin de que sean adoptadas las políticas públicas que mejoren las condiciones sociales en beneficio de las mujeres.




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