Fauna Política
Por Rodolfo Herrera Charolet
A manera de simple curiosidad una mañana o tarde cualquiera al ir a su trabajo o regresar de él, observe los autos que forman parte de la circulación vehicular diaria. Como si fueran microbios invasores, observará un aumento desmedido de vehículos con placas de otros estados, sin ellas o de plano vencidas. Más del 25% de los autos que circulan en Puebla tienen estas características.
La norma vial establece “Para que un vehículo pueda transitar regularmente en el Municipio de Puebla, es necesario que con anticipación sea inscrito en términos de las disposiciones federales y estatales aplicables, esté provisto de placas, engomado y tarjeta de circulación o el permiso de circulación vigente y cumpla con los demás requisitos que, en su caso, establezcan de manera especial la legislación y demás disposiciones aplicables en la materia. La baja, cancelación o sustitución de la inscripción antes referida, así como la responsabilidad que surja de su omisión, se regirán por las mismas disposiciones (Artículo 267 del Código Reglamentario Municipal (COREMUN). Puebla 2008.)”.
Los autos con placas de circulación que por algún motivo son de otra entidad federativa (por lo general DF) también deben ser las vigentes, motivo por el cual, deben cumplir con la normatividad en aquella entidad y por ende, su incumplimiento se traduce en una infracción.
El mayor problema reside en el los autos que no tienen placas para circular, lo cual es sinónimo de impunidad sobre ruedas, puesto que dicha irregularidad tolerada por la autoridad responsable facilita diversos delitos.
Si alguna persona cometiera algún ilícito, atropellara a alguien o causare algún daño al mobiliario urbano, le sería fácil escapar sin ser identificado.
En su caso, circular con un permiso por falta de placas, permite que, si la unidad es robada, una nueva autorización apócrifa se coloque en lugar de la original, lo cual favorece la realización de ilícitos. No se diga de la comercialización de permisos falsos, reedición de los expedidos, duplicado y otros ilícitos que se cometen al amparo de la exigencia de la autoridad responsable, cuya falta de actuación o desempeño discrecional favorece la corrupción.
Esta falta de responsabilidad por parte de la autoridad, facilita a la delincuencia su ejercicio indebido, en perjuicio de la sociedad. En algunos casos probados, los agentes apostados en los operativos son susceptibles a actos de corrupción, siendo ineficientes tales operativos de no efectuarse el monitoreo aleatorio o video grabado de dichas actividades o la presencia de un funcionario de la contraloría o fiscalía anticorrupción (esperando que dicho funcionario no se ponga de acuerdo con los agentes del operativo). Toda vez que, existen casos probados en donde el infractor ha logrado seguir circulando sin cumplir con la norma, previo pago discrecional que fue al bolsillo del agente.
Explicó que en los casos de accidentes viales y en especial los atropellamientos, en caso de huida del infractor (como es la costumbre) la autoridad no podrán detener a nadie, ya que no podrán identificarlo, puesto que el conductor infractor gozará de impunidad, al no ser identificado por no llevar las placas de circulación correspondientes o no llevarlas en el sitio que se indica en la norma. Cualquier ciudadano atento que fungiera como testigo, sería ineficaz al no poder identificar al responsable, una falta que no sería sancionada y que abona el terreno de la injusticia.
En el caso de robo de vehículos, la falta de placas de circulación, dificultará su búsqueda, inclusive su persecución o búsqueda después de pocos minutos de haberse cometido el ilícito. Aquí la falta de identificación del vehículo es en perjuicio de su propietario.
Es tan grave la falta de placas de circulación en un vehículo, que la delincuencia podría estar cometiendo ilícitos en autos propios o robados, ante el anonimato en el cual se trasladan, garantizándose la impunidad en perjuicio de los ciudadanos.
¿O no lo cree usted?
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