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Virus

Virus hasta en el cicirisco

OpiniĆ³n de Rodolfo Herrera Charolet

En la segunda semana del mes de julio dos noticias invaden los titulares y notas de prensa, sea escrita o digital. A excepciĆ³n de las televisoras que reciben el 27% del presupuesto de comunicaciĆ³n social del gobierno de la repĆŗblica y otros millones de pesos que destina el gobierno del Estado de Puebla para el mismo concepto.

La llamada prensa libre o que dicho mĆ”s simple no forma parte del presupuesto de comunicaciĆ³n social gubernamental, difunden noticias con enfoque crĆ­tico en torno a la inverosĆ­mil fuga de JoaquĆ­n El Chapo GuzmĆ”n y de las publicaciones reveladoras en WikiLeaks, en donde se acusa al gobierno federal y a algunas entidades, incluyendo Puebla, del espionaje cibernĆ©tico realizado por la empresa italiana Hacking Team, por mandato y pago del gobierno, sea federal o estatal, segĆŗn el caso.

En esa semana, el que escribe, fue objeto de una intromisiĆ³n remota, mi computadora entrĆ³ en un letargo sorprendente y misteriosamente aparecĆ­a entre las "unidades" conectadas al sistema, una que no podĆ­a ser desistalada, de hecho no se conocĆ­a su procedencia. QuizĆ”s, y eso serĆ­a muy honorable que mi humilde persona hubiera sido objeto del llamado espionaje gubernamental, ya sea por mi calidad de periodista e investigador de los asuntos relevantes de opiniĆ³n pĆŗbica o por publicar, en ocasiones, asuntos nada agradables para los funcionarios.

AsĆ­ que una vez que se encontrĆ³ dicho malwere (como le dicen los expertos) procedĆ­ a formatear el disco duro de mi equipo, tarea que se llevĆ³ varias horas del experto y pĆ©rdida de algunas partes de informaciĆ³n, porque el programita "espĆ­a" no podĆ­a ser desistalado y habĆ­a secuestrado los navegadores pasa su uso personal, el cual consiste en transmitir toda la informaciĆ³n que se almacene, trabaje, vea o utilice mientras el equipo se encuentra On Line, inclusive, era capaz de activar o desactivar el micrĆ³fono y cĆ”mara integrado a la computadora para observar, a quien sea y lo que sea.

Como desconozco la procedencia de dicha intromisiĆ³n, para mi es fĆ”cil colgarme de la fama pĆŗblica que se ha ganado la dependencia gubernamental que lo presumiblemente lo realizĆ³ y como no puedo acusar a persona en concreto, se lo dejo a los investigadores chinos que deben encontrarle la cuadratura al cĆ­rculo del espionaje poblano que tanto ha afectado la imagen de quien presuntamente lo hizo. 

Para fortuna mƭa, esa semana, cuando fue captado el ataque cibernƩtico, decidƭ cambiar de equipo, dejando que mis cuentas e historial se llenara de contenido infantil, a fin de que el avezado hacker se deleitara con las trascendentes historias "Finn y Jake" o la continuidad en la serie de "Jorge el Curioso". Pero ahora que recuerdo, tambiƩn pudieron observar mis innumerables notas de prensa que se recopilaron y que a la fecha suman mƔs de 20 mil, o lo peor, cuando reciƩn salido de la ducha y sin los paƱos menores o mƔs bien en "cueros" utilicƩ el equipo para apagarlo porque las descargas elƩctricas amenazaban con fundirlo. Ya me imagino un vƭdeo de ocaso sexual mio rodando en la red. Digo ocaso, porque a muchos los pueden acusar y evidenciar por acoso, pero en el mio quizƔ se ocaso o por si acaso.

Pero en otros casos y personas, la observaciĆ³n podrĆ­a aportar, ademĆ”s de los contenidos polĆ­ticos o econĆ³micos de los usuarios observados, las conductas erĆ³tico afectivas que se conservan en el historial de los exploradores del mundo virtual. AsĆ­ que filtradas dichas grabaciones, las de la cĆ”mara y micrĆ³fono de la computadora personal, se convertirĆ­a en el mejor y mĆ”s abarrotado "Big Brother" poblano, cuando filtrada la informaciĆ³n se pudieran observar los ojitos de quienes fijos en la pantalla observar algĆŗn sitio de contenido sexualmente explĆ­cito o que la webcam captara el momento inoportuno de alguna alocada secretaria en pocas ropas le estuviera haciendo algĆŗn cariƱito al sujeto observado.

Pero lo mĆ”s grave es que el intruso sea una empresa extranjera contratada por el propio gobierno y que la observaciĆ³n realizada se derive de actividades lĆ­citas, pero que hacerlo es un delito. AsĆ­ que aprovechando la ola de indignaciĆ³n he decidido opinar al respecto e indagar en torno al espionaje del que "fuimos" objeto, suponiendo que yo estuviera dentro de los bichos raros que fueron "observados".

Hace algunos ayeres, el espionaje que se realizaba en las lĆ­neas telefĆ³nicas se realizaba con "alambres" que se conectaban a la lĆ­nea que deseaba ser interceptada, segĆŗn lo vuelvo a releer en el manual de lecciones de entrenamiento del CISEN y se decĆ­a popularmente, cuando se pinchaba una lĆ­nea telefĆ³nica, que "hay pĆ”jaros en los alambres". Pero ahora que se hace mediante el escaneo digital con virus instalado en el aparato diabĆ³lico del usuario, quizĆ”s el afectado en un lenguaje coloquial le diga a su contraparte que no le puede mandar nada por "emails" ni guarda nada en su laptop o mĆ³vil-androide porque sospecha que tiene "virus hasta en el cicirisco" por no decir un lugar recĆ³ndito y privado de uso personal y/o consentido.

¿O no lo cree usted?

Julio 2015




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  • Cuarto consejo bĆ”sico. Aclara el precio de la vivienda nueva que deseas comprar y pregunta por la Cobertura de Calidad.
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