2012-04-05 | La intolerancia en el rostro de las mujeres, víctimas de la violencia vuelve a tener nombre. En esta ocasión Patricia Lefranc quien en el 2009, su novio le quemó el rostro con ácido sulfúrico.
Patricia tenía 45 en el 2009 cuando escuchó llamar a su puerta, recibió un paquete de mensajería en el momento que un baño de ácido sulfúrico le quemó el rostro y quemaduras graves en el 30% de su cuerpo.Durante su convalecencia de gravedad los médicos dudaban de que sobreviviera y la pusieron en coma para que su cuerpo se recuperara de las heridas, tras 90 días la salud de Patricia mejoró y sus heridas cicatrizaron, había terminado el peligro de muerte para iniciar una vida de calvario.
Antes la bella rubia ahora un monstruo, como ella se identificó cuando por primera vez vio reflejado su rostro en un espejo. Las lesiones causadas por su novio, Richard Remes, quien dijo que todo había sido una broma y que no pretendía causarle daño, porque rebajó con agua el ácido antes de arrojárselo.
En el juicio contra Remes explicó que su relación era un día blanco y otro negro, con Patricia, entonces sólo por curiosidad comenzó a investigar sobre los daños causados por ácido sulfúrico, germinando en su mente marcar a su novia, algo leve porque para ella, "un día lo amaba y el otro lo dejaba" situación que se hizo enfermiza y que motivo cultivar un rencor hacia su pareja. Así que le daría un escarmiento, el mismo que creó un monstruo. Nunca hubo dolo, porque la amaba, pero merecía un castigo.
Richard marcó su vida con una condena que puede alcanzar hasta 30 años de prisión, similar a la de homicidio, mientras que Patricia vivirá con esa "leve marca" durante el resto de su vida, una leve marca que la ha convertido en la monstruosidad que ella ve cuando se refleja en un espejo, porque el ácido desintegró su nariz y los párpados, perdió un dedo, la vista de un ojo y la audición de un odio, le quemó el corazón y los pulmones, sin embargo en los implantes mamarios se detuvo el mayor deterioro, pero estuvo en la antesala de la muerte, ahora esta ante la del infierno de la vida que le depara.
Mientras que el ataque de ácido sulfúrico sufrido por Patricia es inusual en Europa, pero en Medio Oriente es una terrible realidad cotidiana para las mujeres. Cuando se rompe un compromiso de matrimonio pactado entre familias, los "ofendidos" buscan venganza y arrojan ácido sobre las mujeres. Tras la caída del régimen Talibán en Afganistán, muchas niñas fueron agredidas con esta sustancia tan sólo porque acudían a la escuela. Un ejemplo de fanatismo e intolerancia.
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