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Soy EMO

Soy emo y qué
  • La realidad de las tribus en Puebla. Hay presencia de individuos pero no de grupos. Su método de filiación es estético y no ideológico. Los limitados espacios y el poco auge los obligan a unirse en conciertos
Intolerancia
Fernando Sánchez Clelo
Yolanda Jaimes
Luego de los hechos violentos ocurridos hace unas semanas entre las “tribus urbanas” en la ciudad de México y otros estados de la República, Revista Intolerancia investigó la presencia de estos grupos en la ciudad.
Pero sorpresivamente enfrentamos una realidad inesperada: no hay grupos auténticos ni de punk, emos, góticos o darks. Tal vez los unan el gusto por un género musical, pero no abarcan aquella ideología de los grupos de antaño, de aquéllos que luchaban por tener un país mejor o aquella rebeldía característica de estar en contra del sistema.
Soy emo y qué
Denis es una chava que no llega a los 17 años. Intentó hablar con extraños por internet y la rechazaron, para ella los emo son “chidos” y no mala onda.
En su “metroflog” lanza un llamado de ayuda, con el lenguaje y escritura distorsionada:
hola so0i emo0 firmen xfa
no0 ahy q ser
mala o0nda co0n
no0sotro0s
no0
somos
malos
si no
somos chilo0s
firmen
si
Las imágenes que presenta en su página muestran lo sangriento, la soledad, pero insiste en que son “chidas” las fotos. Una de ellas dice “mátame si no te sirvo pero primero pruébame”.
Lo poco que habla con la gente sirve para darse cuenta de un desprecio a la vida: “el perfeccionamiento del suicidio” como lo llaman, que para sus detractores es una simple depresión que con una visita al “coquero” y unos “chochos” se les cura.
Para Denis que tiene su novio “Chucho” su pensamiento es “la vida a veces no tiene sentido y dan ganas de no despertar jamás x eso yo lo estoy intentando”, “ser emo no es un pecado ni una idiotez, sólo es xq la vida no es nada para nosotros”.
Los emos son los fresas de las tribus urbanas, quienes tienen el varo para comprar caro y quejarse de la vida.
Los rockeros
César Becerra Valderrama, quien desde hace quince años trabaja en una tienda de rock, comenta su experiencia como observador pasivo de todo aquel movimiento que en su momento tuvo auge, que después pasó a ser una moda y terminó por extinguirse.
“Con el paso del tiempo he visto crecer, madurar y morir muchas modas o géneros. Pero ninguno sobrevivió ni ha sobrevivido más de cinco años. Existen bandas pequeñas afines al hip hop, ska, metaleros, etcétera, pero también hay subgrupos, porque hay gente comprometida con su movimiento, es decir, que entiende y defiende su bandera, pero hay otros que están ahí por pertenecer a un grupo.
”El problema aquí es que la mayoría de los grupos se concentran en una tendencia y olvidan que todos son hilos de una misma madeja. Y los punk tienen algo que ver con los dark, y los dark con los emos, en fin, todos están relacionados”, opinó Becerra Valderrama.
A veces, dijo, las broncas entre grupos urbanos se originan por esta falta de compromiso y por la carencia de ideología. Pues “si los punk en lugar de estarle pegando al sistema están persiguiendo y pegándoles a los emos, entonces ya se murió el punk porque se convierten en lo que estaban combatiendo, en represores”, denunció el tendero.
La filiación a los grupos
De acuerdo con Becerra Valderrama, la cuestión estética es una de las razones por las que se han conformado estos grupos. Cuando ya están dentro del grupo empiezan a informarse respecto al dogma que deberían practicar, pero su interpretación nada tiene que ver con lo que originó el movimiento cuando surge en Europa.
Por ejemplo, refirió, el movimiento emo en Inglaterra y Alemania se murió hace dos años. Y esos emos que estaban tristes ahora ya están en las discotecas bailando. Lo que era emo se volvió New Rave. Ahora andan disfrutando de la vida y ya están alegres. “Ya dejaron la depresión atrás”, detalló Becerra Valderrama.
No obstante, agregó, así como hay gente que por simple moda se integra como parte de una tribu, también hay gente comprometida con su movimiento como los darks, que encontraron en el arte una forma de expresarse.
“Han producido obras musicales y visuales excelentes, y los emos de momento no van a ningún lado. Están siguiendo grupos musicales que salen en MTV o en la radio comercial; entonces cuál deprimente”, reflexionó.
“A mí me gustaría que tuvieran más idea. Hoy, si quieres saber algo, lo puedes saber en dos segundos. Deben cimentar bien su decisión, y sería chido que ellos supieran qué es lo que están haciendo. Si no saben lo que son y están defendiendo la camiseta, suena absurdo”, puntualizó Becerra Valderrama.
Espacios
Al hablar sobre los espacios a los que concurre cada grupo, Becerra Valderrama indicó que cada tribu va buscando sus propios lugares, como bares que tiene la tendencia musical o artística hacia lo que los hace conmoverse.
Afirmó que hay lugares como Studio Track, Rockutla o Pulque para Dos, que cubren la vertiente artística que el estado no les ofrece.
“Pienso que no es suficiente, no hay que dejarle a los bares ese tipo de tarea, tiene que haber un sustento atrás. El gobierno municipal ha empezado con un discurso interesante, esperamos que sea congruente.”
Otros espacios concurridos son los locales de venta de música, o fiestas en CU, el callejón de Los Sapos como punto de reunión, o las calles del edificio Carolino.
Al final, agregó, no hay espacios para grupo y terminan compartiendo los mismos. Afortunadamente no hay límites de tolerancia que no se han quebrado.
¿Las tribus se acercarían a las instituciones?
Al tratar el tema de las instituciones gubernamentales, Becerra Valderrama señaló que los grupos urbano sí se acercarían a estas instituciones, a pesar de su ideología.
“Dentro de cada tribu hay gente de la vieja guardia. Conozco punks de 40 años que tiene ciertas necesidades, pero sienten miembros de un grupo y lo solidifican”, aclaró.
Dijo que cuando alguien tiene más de 25 años es coherente para explicar qué es lo que quieren y sacarle provecho para los que vienen.
Por ello, añadió, la gente que se acercaría a las instituciones serían los adultos, porque ellos verían cómo sacarle provecho a lo que ofrece el estado; y quizá los jóvenes lo harían por imitación.
Como ejemplo recordó que en el arte del grafitti hay personas que tiene 36 años y sigue rayando, pero ya no en las calles sino en las galerías, o que ahora diseñan tenis Vans o Converse.
“Con este proyecto, los grafiteros fueron más inteligentes que el estado. Lamentablemente las calles no van a dejar de estar pintadas porque siempre hay banda que no tiene idea de nada.”
Afirmó que para el estado no existen ni los jóvenes ni los viejos. Sólo existen los adultos que pagan impuestos que la ciudad lo necesita, pero que las autoridades deberían sentarse a analizar la situación de los grupos urbanos.
“Yo creo que los chavos sí tomarían en cuenta invitaciones a concursos o exposiciones. A veces los chavos son tan sencillos que ni alcohol beben”, explicó.
Añadió que no hay decadencia en los grupos urbanos, sino que se van transformando. La banda punk, por ejemplo, en algún tiempo manifestación su inconformidad con fuerza, pero después se casaron y tuvieron otras prioridades, pero es gente informada, concluyó.
Rock gótico
Esta conjunción de géneros ha formado también a los fieles seguidores del gothic rock, pero al igual que los metaleros lo que les une es únicamente un género musical y a diferencia de los darks o los hippies, en su momento, no tienen una causa en común por la cual luchar. Es decir, en Puebla no existe una presencia real de estos grupos ni ideológica ni de masa.
En busca de presencia de tribus en la ciudad de Puebla y de camino hacia la nada en la Palafox y Mendoza esquina con la 4 Sur, a un costado de la iglesia de La Compañía, me encontré a dos chicos que vendían rosas de cera, a quienes observé e inmediatamente traté de ubicarlos en una tribu. No obstante, tenían una mezcla de símbolos que me fue imposible identificarlos, así que me acerqué a ellos, y aunque al principio se mostraron cerrados e incómodos con mi presencia, uno de ellos terminó por confesarme que la “onda” que él seguía era la de rock gótico.
“¿Pero tienen influencia punk?”, le pregunté porque a excepción de la cabeza rapada, éste tenía apariencia punk, con pantalones de mezclilla negros, botas tipo industrial negras, cabello ligeramente largo al centro y corto a los lados, pero me hacía ruido una chamarra de algodón con rombos que se intercalaban uno negro y otro blanco.
“Es difícil encapsular a una persona en una tribu o grupo, porque se pueden tener los mismos gustos en cuestión musical, pero no en cuanto ideas. Yo no pienso igual a mis amigos por mucho que me guste el rock gótico, no se puede generalizar ni tampoco hablar en conjunto, porque cada uno de nosotros somos distintos”, contestó Jonathan.
Y agregó: “yo, por ejemplo, tengo afinidad con algunos grupos punk, pero difiero totalmente en su anticapitalismo. Yo no tengo una tendencia política, es más, detesto la forma de hacer política de los gobernantes, pero algunos punks han llevado este anticapitalismo a un anarquismo”.
—¿Tienen algún lugar en el que se reúnan?
—La verdad es que hay poca gente involucrada en este tipo de movimientos, de hecho, yo que tengo una productora de conciertos alternativos, de todo este tipo de música gótica, pero no sólo llegan chavos de la onda gótica, se llega a reunir gente dark, punks e incluso metaleros debido a que los espacios son muy limitados.
A decir de Jonathan, integrante de este movimiento relacionado al rock gótico y cabeza de una productora de conciertos alternativos, los espacios son tan limitados que se pueden reunir en un solo concierto tanto darks, punks o góticos.
—¿Has tenido alguna mala experiencia de que la gente te juzgue por tu forma de vestir?
—Sí, con la policía, han llegado a apuntarnos con ametralladoras y nos han decomisado los cinturones con estoperoles, pues según ellos son considerados como arma blanca. También nos han llegado a detener para inspeccionar nuestros bolsillos en busca de drogas, pero pues es ilógico, no tiene nada que ver la forma de vestir, hasta un político puede consumirla o un católico, pero como nos ven vestidos de distinta forma, nos tratan como delincuentes.
Metaleros
Entregando propaganda de un “toquín metalero”, entrevistamos a José Luis Romero Gil. Con playera gris tipo sport y pantalón negro, nos comenta que él no se clasifica en ningún grupo, pero le gustan los géneros como el trash, punk, heavy o el black metal.
Comentó que los metaleros no tienen una indumentaria especial y que pueden ir vestidos hasta con trajes y usando el pelo corto, ya que se identifican más por la música y la ideología.
Repartiéndonos unos volantes, señaló que los ejes de la ideología metal son varios y se distinguen según la variante del metal que escuchen.
“Yo soy del black metal, que principalmente va en contra de la religión. Es lo que me mueve. Pero hay gente como del heavy que se preocupa sólo por divertirse, emborracharse y viven en el anarquismo total.”
Explicó que quienes viven como punks tienen ideas anarquistas, van en contra del gobierno y no han cambiado desde sus inicios.
Comentó que otro eje es el apoyo a la música y a la escena. “Hay que ayudarnos entre nosotros mismos para que los grupos de nuestros país compitan con otros”, dijo Romero Gil.
Señaló que México es considerado como un país de músicos ignorantes del metal, pero que las bandas mexicanas están demostrando cosas innovadoras y que están empezando a ser reconocidos en Alemania y en España.
“No nos clasificamos por la ropa, por el pelo. El que sabe de música es un verdadero metalero. Y si hay una persona que le guste el metal, que apoye comprando música o discos”, concluyó.
Artesano
David Carrillo Cortés
El puesto de pulseras, collares y muñequeras se encuentra a la sombra de un árbol de la plaza John Lennon, a un lado del edificio Carolino.
“Hago la artesanía porque no me gusta trabajarle a nadie. Más bien me gusta ser comerciante y no me gusta estar en la rutina de un empleo”, respondió al preguntarle por su inclinación a la venta de artesanía.
Comentó que nadie le ha enseñado, sino que le gusta el tejido. Y empezó a crear sus propios tejidos a partir de los tejidos básicos; y su motivación es hacer crecer su puesto.
“En el rol nosotros nos podemos llamar, más que hippies o artesanos, nómadas. Vamos de un estado a otro, Oaxaca, Veracruz, Chiapas. Intercambiamos piedras, semillas, tintas, agujas, hueso, todo para la artesanía. Así se aprende”, expresó.
Consideró que la gente le puede ubicar en cualquier grupo urbano, pero afirmó que antes que todo se considera mexica.
“Debo estar informado de lo prehispánico, de lo los chichimecas, aztecas, olmecas y de los mayas también; y estoy informado porque es lo que me late”, señaló.
“Soy artesano, tengo 24 años de edad y diez años de artesano. Para mí no es un juego, así es mi vida, esta es mi vida”, aseveró.
Señaló que es importante no fomentar la violencia, ya que han sido agredidos.
“Broncas, discriminación, maltrato físico lo hay de la sociedad, de los policías, la autoridad. Un tipo de traje o corbata también nos han llegado a agredir nada más porque nuestra apariencia, y ni nos conocen”, concluyó.
Tamborero
A un lado de la Facultad de Psicología de la UAP, el Azul tiene un puesto de artesanías, pero también toca ritmos africanos con su tambor.
“Aprendes ritmos de alguien, y también le puedes meter tu propio sabor e ideas. Estás creando y haciendo música”, dijo.
Su cabello es largo al igual que su barba. Su camisa deja ver unos tatuajes en sus brazos con motivos prehispánicos.
Al hablar de su forma de relacionarse con otros tamboreros, dijo que generalmente se juntamos repentinamente. Se encuentran con otros en la calle y se van a tocar a diversas partes.
“Pero para ensamblar con otros tamboreros debes saber ritmos porque debes de saber montarlo; se necesita de constancia”, indicó.
Afirmó que a veces “la banda” se junta con el llamado de tambor. Que al empezar a tocar, llegan otros que escuchan en otras partes, se acercan y les invitan a tocar en otro lugar en ese momento.
“Es cuando empezamos a montar o ensamblar. Practicamos antes una media hora y nos vamos a rolar en el zócalo, en el paseo Bravo. Hay que meterle más ritmo y cadencia hasta que la gente salte y baile. Hay que meterle sabor y ritmo como a la vida.”
Consideró que hay muchos artistas en la calle que valen la pena. Ya sea tocando en los camiones o en la calle. Hay quienes tienen composiciones originales.
“La banda aprende en la calle, no en la escuela. ¿Cuántos tienen la oportunidad de ir a una academia porque se las pagan y salen artistas? Pocos lo valoran”, opinó.
Al hablar de otros grupos urbanos y sus denominaciones, mencionó que hay mezclas como el caso de un chico en la calle que usaba el estilo de cabello mitad punketo y mitad rastra. “¿Cómo le llamaremos a eso; punkirastra?”.
Antes de terminar, dijo que la sociedad debería detenerse un poco y dar oportunidad a que la juventud comparta sus expresiones con un fin sano.
“Nosotros te compartimos percusión africana, malabares con fuego, tatuajes, artesanías, es lo que te podamos compartir”, concluyó.
La diversidad en un mismo lugar, las tribus urbanas
· Se les asocia con palabras como problemáticos, bándalos, vagos o buenos para nada. El gobierno contribuyó a la gestación de estos grupos con la carencia económica, laboral y política: IPJ
Yolanda Jaimes
Fernando Sánchez Clelo
La primera imagen que se forma en la mente al escuchar el término “tribus urbanas”, generalmente es asociada con gente vestida de forma estrafalaria, chicos banda que están en grupo pero que no sabemos cuál es la finalidad de agruparse y de vestirse de tal o cual forma, entre estos grupos se encuentran los punks, darks, emos e indies.
A estas agrupaciones precisamente se les denomina “tribus urbanas”, es decir, son jóvenes que visten de forma similar y llamativa, que poseen hábitos comunes e incluso, lugares fijos de reunión y en algunos casos bien podrían asociarse con los movimientos contraculturales debido a la lucha por ir en contra del sistema, de lo establecido por la sociedad.
Intolerancia se dio a la tarea de entrevistar a expertos en el tema para detectar las pautas de comportamiento de los grupos establecidos en la ciudad de Puebla.
A decir de la psicóloga Verónica Carrillo Cano del Instituto Poblano de la Juventud, el gobierno ha colaborado en la creación de estos grupos debido a que no se les brindan los lugares adecuados para expresarse, o de no ofrecer las oportunidades necesarias de empleo.
No obstante, señala, una característica de los adolescentes es “yo no quiero reglas, porque yo soy independiente, porque yo ya tomo mis propias decisiones”, y en este afán de revelarse llegan a exagerar y es en donde ocurren actos de represión que terminan en violencia, porque ya se sienten agredidos por cualquier cosa.
Es preciso señalar que cada “tribu” tiene su música y vestimenta que le caracteriza, además, defiende sus ideales y objetivos particulares, pero hay que valorar estos grupos que se reúnen para una meta en común, que se expresan con una filosofía en común, porque se tiende mucho a la imitación, y ahí se empiezan a desvirtuar las tribus y encontramos agresiones, por aquellas cuestiones que se salen un poco de lo que maneja su filosofía, agregó la psicóloga Carrillo Cano.
El movimiento punk, por ejemplo, surge en Londres en la década de los setenta. Existen versiones de que el punk comenzó luego de que el rock dejó de ser para algunos jóvenes un medio de expresión, de rebeldía y denuncia, para convertirse en un producto más de las disqueras.
Otros señalan que el detonante fue la crisis económica y política que entonces vivía Inglaterra, y que sumada al desencanto de los jóvenes por la falta de oportunidades y el aumento del desempleo, abrió la brecha para un movimiento que sirvió como grito de protesta y que encontró en las actitudes rebeldes y anarquistas el escape de la realidad y el sentido de la vida. Así, el punk surge como forma para liberar el descontento.
La facha punk
Es fácil identificar a un punketo por su aspecto, cabeza rapada a los lados, cabello parado y en ocasiones pintado con colores llamativos, pantalón y chaleco de mezclilla, camisas deshilachadas, botas tipo industrial, collares de cuero con picos, brazaletes con incrustaciones de metal y piercings en la nariz, las orejas y las cejas.
Filosofía punk
Una premisa básica del punk podría ser: “No hay futuro ni para ti ni para mí”, estrofa de coro del grupo británico The Sex Pistols. Además, los punks enfatizaban la necesidad de asumir las riendas de su propia vida por lo que cualquier creación, ya fuera música o cualquier manifestación artística, expresaba la utopía de la libertad.
Perfil punk
“Este grupo utiliza la comunicación no verbal, los punks no dicen lo que piensan sino que dan a entenderlo con su cuerpo. Debido a esta necesidad de expresarse y de sentirse perteneciente a un grupo”, comentó Carrillo Cano.
Por otro lado, también están los darks. Archivos en la red aseguran que esta corriente tuvo sus inicios en Francia en 1860 con un movimiento social encabezado por obreros y estudiantes quienes se maquillaron la cara de blanco y se vistieron de negro para simbolizar la opresión que, según ellos mismos, “los tenía muertos en vida”. Sin embargo, el dark como movimiento contracultural, aseguran, nació a principios de los ochentas y se consolidó a mediados de esa misma década en el siglo XX.
La facha dark
Estos jóvenes adoptan el luto como forma de expresión y el color negro como estandarte. Así, hombres y mujeres se maquillan, se pintan los labios, se delinean los ojos y pintan las uñas de negro; en algunos casos su ropa y accesorios da la apariencia de ser de la época medieval, por la utilización de corsés, escarolas y abrigos.
No obstante, cada vestimenta, cada tipo de maquillaje, cada perforación, cada tatuaje, etcétera, tiene un significado personal.
Filosofía dark
Después de la caída de los punks y el escándalo masivo de repudio a la sociedad vino una época de calma, en la que se busca un significado de la vida: un “sí hay futuro”, pero que propone la oscuridad como una manera de autoconocimiento.
Así comenzó un movimiento que empezó a ser llamado dark o punkgótico, ya que traían algo de la filosofía punk, pero obscura y sin violencia por ser el movimiento contracultural que más tiene relación con las bellas ates, pues se puede encontrar en la literatura, el teatro, la fotografía y la música.
“Si pudiera dejar de pensar, aunque me quede, aunque me acurruque en silencio en un rincón, no me olvidaré. Estaré allí, pensaré sobre el piso. Soy, soy, existo, pienso luego existo; soy porque pienso. ¿Por qué pienso? No quiero pensar, soy por que pienso que no quiero ser, pienso que… ¿por qué?”, Jean Paul Sartre, La Nausea.
Perfil dark
Los seguidores de este movimiento afirman que el hecho de vestirse de negro, de maquillarse y tener muchas perforaciones o tatuajes es por estética. Por mostrar algo que les gusta y que los hace ver bien. Es una forma de ir en contra de lo establecido, de aquellos modelos de belleza producto de la televisión y no del gusto personal.
“Estos jóvenes utilizan en su vestimenta y con su cuerpo una forma de expresarse, es decir, utilizan la comunicación no verbal para demostrar su descontento, y para decir yo estoy enojado y no es algo positivo lo que quieren dar a entender al vestirse con colores obscuros. Con la forma de vestirse, pintarse ellos transmiten esa muerte en vida a la que la misma sociedad los ha orillado”, explicó Carrillo Cano.
No obstante, señala Nieves Luis, hay que diferencia entre los llamados dark y los darketos pues estos últimos han deformado aquella imagen agregando a sus atuendos cadenas en los pantalones y son quienes por lo general se comportan de manera agresiva. Mientras que los dark conservan esa pose elegante del medioevo.
Otro grupo, relativamente actual es el de los denominados emos. El término “emo” es un género musical que se caracteriza por la carga emocional en sus letras, pues generalmente hablan de dolor, despecho y odio, de ahí la abreviación: emo.
El inicio de este género se remonta a los años ochenta, con la difusión del punk y el hard core. Pero es en los años noventa, cuando empiezan a predominar los ritmos introspectivos para dejar atrás los rockeros. Algo característico en la música es el grito agudo de dolor, pues los vocalistas de los grupos que tocan este tipo de música suelen emitir un grito desesperado, al interpretar sus letras.
La facha del emo
Estos chicos se identifican por tener la cara cubierta por su ya característico peinado de medio lado que les cubre el ojo derecho. Usan zapatos Convers o Vans, pantalones de mezclilla entubados, camisetas pegadas al cuerpo con estampados femeninos generalmente de color rosa y negro, busos ajustadores al cuerpo y con capucha, piercing en la ceja izquierda y en el labio inferior izquierdo, y el boxer que destaca por encima de los jeans. Además de usar más de una pulsera, ya sea de calaveras o de cuadros blancos y negros.
Filosofía emo
Ellos argumentan que esta vida es deprimente, sin sentido y sufrida.
Perfil
“Los denominados emos son aquellos que expresan sus emociones, por lo general negativas, su forma de expresión es como un grito desesperado de decir “aquí estoy, veanme”, su peinado es una forma de ocultar su realidad, de decir, “lo que quiero ver es lo que está a mi alrededor y más allá nada”, argumentó la psicóloga, Yenni Samantha Nieves Luis.
En resumen, los emos tienen sentimientos de odio y rechazo por el mundo que los rodea, tienen pocas expectativas de vida y no tienen sueños ni anhelos en la vida, generalmente se encuentran en estado de depresión.
Dentro de la clasificación de tribus urbanas, también son considerados los llamados indies, grupo que tiene su origen en Europa por los años ochenta, formado por jóvenes que creativos, urbanos y vanguardistas que detestaban tanto la convencionalidad de la sociedad burguesa como la racionalidad burocrática del socialismo del Estado.
El término indie proviene del inglés independent, y hace alusión a la “independencia” de ciertos sellos discográficos que promovieron, a fines de los ochenta y comienzos de la década de los noventa, música que en ese momento fue catalogada como una “alternativa” a lo que ofrecía la corriente comercial masiva.
La facha indie
Los indies son claramente identificables por su peculiar indumentaria que incluye gafas de pasta, cabellos limpios, pero milimétricamente despeinados, camisetas al estilo inglés con referencias a algún grupo musical, pantalones de marca aunque cuidadosamente desharrapados, y tenis Converse.
Filosofía indie
Su principal afición es la música, hasta el punto de que raro es el indie que no forma parte de algún grupo. Son muy aficionados al mundo de la creación audiovisual, y más concretamente al cine y como buenos individualistas, les interesa fundamentalmente el llamado cine de autor.
Además, les interesa más la literatura y el arte que la política o la filosofía. Los también llamados “pijos alternativos”, se sitúan en un extraño escalón intermedio entre la cultura popular y la cultura elitista. Son demasiado individualistas y arrogantes para compartir sus aficiones con la vulgar muchedumbre, pero son demasiado frívolos y hedonistas para alcanzar las cimas del pensamiento académico, al que acusan de padecer la misma enfermedad que ellos: arrogancia, elitismo y separación de la vida cotidiana
Perfil
En definitiva, puede hablarse de mezquindad elitista, charlatanería, competitividad, hedonismo, frivolidad, individualismo, ignorancia arrogante, egocentrismo delirante, exclusión endogámica, eurocentrismo, completa ausencia de compromiso social e incapacidad crónica para amar.
La facha artesanal
Su ropa tiene fuertes referencias indígenas: uso de huaraches, camisetas o blusas bordadas, pantalones holgados. Hombres y mujeres usan collares y aretes (en la nariz, cejas, o labios), morrales, tatuajes, cabello largo o rastras. También utilizan afiches de personajes revolucionarios como de Emiliano Zapata, Ernesto Guevara o el subcomandante Marcos; o a otros personajes históricos como Salvador Allende o Fidel Castro.
Filosofía del artesano
Sus influencias ideológicas tienen fuertes referencias socialistas. No quieren tener “jefes” que los exploten, por lo que trabajan por su cuenta creando dijes, aretes, collares, pulseras y anillos para su venta. El estilo que emplean para la creación de estas artesanías es prehispánico, pues se inspiran en motivos mayas o aztecas principalmente. Se consideran nómadas, porque viajan constantemente con sus ganancias, y al lugar a donde van también venden su mercancía.
Tiene mayores conocimientos de los comunes sobre las culturas prehispánicas: nombre de dioses, leyendas, personajes importantes y datos históricos. Acostumbran algunos de ellos la música prehispánica, el reggae, el ska y la música latinoamericana principalmente.
Perfil
Aquí destaca que ellos quieren formar su propio estilo de vida, de no comprometerse con alguna regla establecida en un trabajo pues representa respetar un horario. No obstante, el trabajo de las manualidades, de vender lo que yo confecciono representa parte de la cultura mexicana, y lo que se reconoce de este grupo es que ellos forman su estilo de vida, con sus propias reglas, para no caer en la monotonía.
Muchos grupos más existen, algunos sin ir necesariamente en contra de las pautas socialmente establecidas, tales como los cholos, los skatos, los hip-hoperos, metaleros, heavies, etcétera, pero que surgen por el simple afán de pertenencia, por esa necesidad de identificarse con él otro, de formar parte de un grupo que no es el familiar, que piensa cómo yo, viste como yo o escucha lo que yo.
Todos y cada uno de ellos, existen y están aquí, para afirmar que aunque el mundo es uno, la diversidad es un hecho y todos tienen un lugar para expresarse libremente.
La tribu en la selva de concreto
“Juventud, divino tesoro, te vas para no volver”, reza un poema de Rubén Darío, pero la gente lo ha popularizado como un dicho para dar a entender que la juventud es, o que fue, el mejor periodo de su vida.
Pero a veces la adolescencia puede no ser la mejor etapa por circunstancias diversas: por problemas escolares, por un ambiente de familias disfuncional o la inconformidad con la sociedad que exige una competencia salvaje y un ritmo de vida vertiginoso, más que armonía y tranquilidad.
Ante estas situaciones adversas, los jóvenes buscan relacionarse con otros que piensan de manera similar y tiene sus mismos problemas para sentirse apoyado.
En entrevista, la psicóloga Verónica Carrillo Cano, jefa del Departamento de Atención a la Juventud del Instituto Poblano de la Juventud, nos aclara los motivos por lo que los adolescentes pretenden pertenecer a algún grupo.
La conformación de la tribu
“Una ‘tribu’ urbana es un grupo social que se caracteriza por tener una filosofía de vida que lleva a manifestar un comportamiento y una actitud para diferenciarse de la sociedad”, definió la psicóloga Carrillo Cano.
Afirmó que los grupos juveniles quieren satisfacer un sentido de pertenencia, saber que son aceptados tal como son; por lo que buscan constantemente en otros jóvenes ciertas características con las que sienta compatibilidad.
“Desde niños, todos buscan pertenecer a un grupo, ya sea el de los estudiosos, el de los agresivos, los deportistas, pero lo hace porque aún no define su personalidad”, señaló la psicóloga Carrillo Cano.
Al no definir su personalidad tiende a imitar conductas, ya sea de los padres, del vecino, de los amigos, o de personajes de la televisión. Siempre busca aquello con lo que más se identifica.
“La vestimenta, la música, sus temas de estudio, con quién se relacionan, etcétera, todo ello es una forma de expresión de cómo viven la vida. Los chicos tienden a agruparse para poder expresarse”, aclaró.
Apuntó que otra posibilidad que obliga al adolescente a pertenecer a un grupo es que el joven no vive un ambiente familiar armónico, por lo que no tiene un espacio en el que se sienta tranquilo.
“Cuando el chico nota que eso no es lo que quiere, sale a buscar un grupo donde él se sienta identificado y a gusto”, aseveró.
Explicó que difícilmente un muchacho levanta la voz él solo para manifestar sus inconformidades. Han existido etapas históricas en donde socialmente los adolescentes viven un ambiente de hostilidad y deben callar sus opiniones.
No eran respetados sus derechos básicos o debía seguir pautas de comportamiento social que no les eran favorecedoras. Un caso es el de las mujeres jóvenes que no podían ingresar a escuelas de estudios superiores, o las represiones estudiantiles.
Siempre necesita sentirse apoyado para poder desahogar sus inquietudes, ya sean positivas o negativas.
Dentro de las inquietudes positivas detalló aquellas en que los jóvenes se reúnen para proponer actividades deportivas o culturales: organizar torneos deportivos, crear grupos de rock o danza, talleres de teatro, etcétera.
“Lamentablemente hay casos en que los chicos se reúnen para drogarse, agredir a otras personas o grupos, para estar en contra de la sociedad pero sin proponer alternativas”, expresó.
Cuando la tribu se vuelve un problema
Explicó que para los padres es fácil identificar cuando una persona es nociva como compañía para su hijo o hija: cuando provoca que se aísle, desarrolle una baja autoestima o una adicción; todo ello denota una infelicidad.
“El chico adquiere conductas autodestructivas, se aleja de la familia y de los estudios. Llega alcoholizado o drogado a la casa, o la música que escucha tiene mensajes que lejos de ayudar, perjudican la salud mental del joven”, apuntó.
Cuando un joven se vuelve introvertido o adquiere conductas antisociales, se recomienda el apoyo profesional para recibir una orientación ante este problema que no es únicamente del chico.
Afirmó que muchos padres se acercan a los psicólogos hasta que su hijo se vuelve incontrolable y hasta agresivo. Pero afirmó que la educación de los valores de comportamiento debe comenzar desde pequeños.
En el caso de los adolescentes se debe tomar otras estrategias, ya que ellos piensan que nadie les debe decir cómo vestir, qué música escuchar, o simplemente por qué deben ser como los demás. Esto les acarrea problemas en la casa como en la escuela.
“Yo sugiero que se debe llegar a una negociación para comunicarse y el padre pueda prevenir ciertos problemas. Debe haber un trato de amigos para saber qué está pasando con el chico, analizar su comportamiento y detectar problemas específicos”, aclaró.
El problema se agrava cuando desarrolla una conducta autodestructiva física y mental. Conductas que se vuelven incontrolables hasta para el propio chico.
“La depresión es un problema social crítico. La falta de energía, los trastornos de la alimentación y del sueño son señales de que algo en su cuerpo ya no le permite ser una persona funcional.
Puntualizó que a pesar de agruparse, cada chico tiene intereses diferentes. Lo ideal es canalizar sus habilidades particulares para desarrollarlas.
Agregó que la depresión tiene un motivo: problemas personales, escolares o familiares.
“También influyen la familia, cómo se lleva el padre con sus hijos, qué les ofrece. Se tienen que analizar las dinámicas familiares para crear un ambiente de confianza y tranquilidad, donde el joven no se sienta aislado y no tenga la necesidad de salir”, concluyó.
Las 3 etapas de la socialización en la adolescencia
Las etapas que vive el adolescente se dividen generalmente en tres: la primera abarca de los 8 a los 11 años, la segunda de los 12 a los 15 y la última de los 16 a los 18 años.
En cada una de estas etapas, el adolescente va adquiriendo ciertas pautas definidas en sus relaciones sociales, ya sean familiares o con compañeros.
Primera etapa
En esta etapa tiene una relación de dependencia y afecto con sus padres. Empieza a discutir con hermanos o hermanas por defender sus opiniones. Desea participar más en las decisiones que le afectan, por lo que tiende a discutir sobre deberes en la casa y tareas.
Elige amigos con los mismos gustos y aficiones, y forman grupos de amigos que pueden excluir a otros niños.
Segunda etapa
Es la etapa donde se acrecientan los conflictos con los padres al buscar una identidad propia dentro de la familia, y con la idea de dejar atrás su etapa infantil. Busca más compañía de sus amigos. Tiende a rechazar las muestras de cariño, pero las sigue necesitando.
Desea tomar sus propias decisiones y rebelarse contra la disciplina que imponen los padres, aunque la siguen necesitando.
Esos cambios de la pubertad y la reacción de sus compañeros pueden condicionar sus amistades. Desarrolla mayor tendencia a compartir confidencias y formar grupos de amigos de dos a seis miembros, y algunos empiezan a formar parejas por el despertar de su sexualidad.
Tercera etapa
Al avanzar por esta última etapa de la adolescencia, ocurren menos conflictos entre hijos y padres al haber mayor respeto, ya que los hijos pueden ver a sus padres como individuos y comprenden que sus opiniones están basadas en determinados valores. Esto conduce a una mejoría en las relaciones familiares.
Hay discrepancias con algunos límites impuestos por los padres (en dinero, tareas en casa, hora de llegar a casa, apariencia...), pero estos límites les beneficiarán a largo plazo.
La influencia de sus amigos sigue siendo elemento primordial en el desarrollo de una identidad propia, porque las amistades entre chicos y chicas empiezan a ser más usuales.
Los amigos antisociales pueden aumentar un comportamiento antisocial en el adolescente.
Desde el punto de vista antropológico…
• La palabra “tribu” se emplea cada vez menos por su connotación despectiva, porque implica una forma de vida “poco desarrollada”. Hoy se opta por la denominación más amplia de pueblo o etnia, según el caso.
• Como tribu designa a un grupo de personas con la misma lengua, costumbres, territorio y cosmovisión del mundo. Los individuos son afiliados al grupo automáticamente por nacimiento y parentesco.
• Durante el siglo XIX, con la palabra tribu se designaba negativamente a aquellas sociedades que los occidentales consideraban en estado de barbarie. Después fue sinónimo de sociedad tribal, esto quiere decir, sin Estado.
• Las tribus son grupos pequeños, con poco contacto con otros grupos, y con una visión etnocéntrica.
• Los criterios para delimitar una tribu de otra son las fronteras lingüísticas, políticas y geográficas. La característica más importante para la delimitación de una tribu continúa siendo la identidad idiomática y cultural.
Fuentes:
http://www.euroresidentes.com/adolescentes/etapas-adolescencia.htm
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Los emos a los ojos de una adolescente
· “No era emo, pero me llamó la atención su vestimenta: es oscura pero combinan colores brillantes como naranja, rosa y morado. Entonces eso te muestra como una lucha de sentimientos: estoy triste pero con destellos de felicidad, o feliz pero en el fondo deprimida. Y así es como muchas veces nos sentimos”
¿Quiénes tienen la visión más fresca de la vida? Los adolescentes, sin duda, que a diferencia de los sociólogos que guardan su conocimiento tras las páginas de un libro están adentro, en la vida, la rozan, la sufren, la miran de cerca, la invaden. Es, pues, el adolescente el sociólogo primario. Cualquier adolescente sabe más de tribus urbanas que usted y yo juntos, porque nosotros sólo los hemos visto en la tele, o leído en algún artículo, y no me dejará mentir pero, en la calle, hasta les hemos sacado la vuelta.
Los jóvenes buscan mundos, o si no los inventan, mientras se resignan a vivir en éste.
Entrevistamos a María José Flores Cabrera de 15 años. Ella no es emo, ni “poseur” ni “wannabe”. Simplemente le gusta esa moda.
—¿Alguna vez fuiste emo?
—No era emo, pero me llamó la atención su vestimenta: es oscura pero combinan colores brillantes como naranja, rosa y morado. Entonces eso te muestra como una lucha de sentimientos: estoy triste pero con destellos de felicidad, o feliz pero en el fondo deprimida. Y así es como muchas veces nos sentimos.
—¿Qué tan malo es ser emo?
—Bueno, hay dos versiones de emo. La versión radical del emo, la que todo mundo tiene ahora como el suicida, el que se corta, el triste, es una cosa bizarra: una combinación de adolescentes de los noventa y la cultura emo. Es una fusión entre el got y punk. Ellos se dejan llevar por la música emo que es muy sentimentaloide y emocional, pero se volvieron radicales. Lo tomaron muy literal y comienzan a cortarse, a ser anoréxicos y a lastimarse.
“Creo que estos personajes no encontraban su espacio en la sociedad, y pensaron que la única manera de llamar la atención era haciendo lo que decían las letras de las canciones.
”Ahora, el verdadero emo, el original, sólo escucha música y no debió llegar a ser una cultura como tal, sino un estilo musical simplemente”.
—¿Quisiste ser emo?
—No, aunque la música emo sí me atrapó mucho, y la facha también, se ven lindos. Pero su ideología ya no me gustó.
—¿Qué pasa con los jóvenes que tienen la necesidad de pertenecer a algún grupo?
—En cierta etapa nos sentimos no identificados, incluso hasta rechazados por la sociedad y en la música en muchas ocasiones encuentras un apoyo. En el caso de emos pues “se cortan las venas y se cubren el ojito para esconder parte de su identidad”, y así llaman la atención.
—¿Cuándo a ti te comienza a latir la onda emo, cuál es el límite?
—Pues con base a lo que vives y a lo que quieres para ti. Al principio te gusta su música y su rollo pero cuando ves que se cortan y pues tú no te quieres lastimar, o te preguntas ¿por qué me tengo que deprimir si mi vida es feliz?
—¿Hay un rechazo de estos grupos hacia los “poseur”?
—En cierta forma, porque se supone que se dicen emos y deben tener una ideología. Hay emos que no saben ni qué es ser un emo, ni de dónde viene el movimiento. Algunos traen muñequeras, que se supone que se usan para esconder las cortadas, y ni se han cortado, eso es un poco patético.
—¿Has curioseado en otros estilos?
—Tuve un rollo punketo rebeldón pero eso es lo que pasa en un adolescente. Los punketos se identifican por no seguir reglas, por estar en contra pero eso es un rollo muy de adolescentes. Me vestía de negro porque era una forma de darme a notar. Todo mundo puede tener etapas de colores, ¿no?, algunos tienen su etapa rosa, naranja, a mí me dio una etapa negra.
—¿Cómo te ve la gente, como bicho raro?
—La gente, los mayores no saben nada de las culturas, si te ven de negro eres dark, si tienes pantalones entubados eres punk o emo las abuelitas te ven y te dicen: ¿te maquillaste demasiado no?
Mi mamá me entiende; sabe que son modas nada más. Pero hay papás que ven a sus hijos de negro e inmediatamente piensan que se droga o que anda en grupos fuertes y sucede que lo único que le gusta al chavo es el color negro.
—¿De las tribus urbanas cuáles son las que no te laten?
—Los emos radicales que se dañan, los skinheads que están haciendo barbaridad y media. No han llegado a México pero falta poco.
—¿Cuál es el rollo que te gusta?
—Lo que más me late, por actitud son los skatos, ellos aceptan a todo mundo. No tienen broncas con nadie, están a favor de los niños y del mundo. Esa es la cultura que más me gusta pero desgraciadamente está en extinción.

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