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Petiso Orejudo

01.- CAYETANO SANTOS GORDINO
La ciudad porteƱa de Buenos Aires vio nacer, el 31 de octubre de 1896, al hijo de los inmigrantes calabreses Fiore Gordino y Lucƭa Ruffo. Este niƱo quiƩn llevarƭa el nombre de Cayetano Santos horrorizarƭa a la Argentina algunos aƱos mƔs tarde bajo el apelativo de el "Petiso Orejudo".

Fiore fue quizĆ” responsable en parte de haber engendrado a quiĆ©n se convertirĆ­a en el primer criminal en serie en la historia policial argentina. AlcohĆ³lico y golpeador, habĆ­a contraĆ­do la sĆ­filis tiempo antes del nacimiento de Cayetano. El niƱo vino al mundo con graves problemas de salud, de hecho, durante sus primeros aƱos de vida estuvo varias veces al borde de la muerte a causa de una enteritis. 

La niƱez de Cayetano transcurre en la calle, vagando. A partir de los cinco aƱos concurre a varias escuelas de donde siempre es expulsado por su falta de interƩs en los estudios y su comportamiento rebelde.
El escenario de sus correrƭas y carrera criminal serƭan los baldƭos y conventillos de los barrios de Almagro y Parque Patricios, por entonces todavƭa al borde de la pampa. Es una zona de quintas, de retiro, de descanso. Pero tambiƩn es un arrabal desgranado de paisanos y extranjeros.

El 28 de septiembre de 1904, contando con apenas 7 aƱos, Cayetano da inicio formal a su carrera criminal, a fuerza de engaƱos lleva a Miguel de Paoli, de casi dos aƱos hasta un baldĆ­o y allĆ­ lo golpea para luego arrojarlo sobre un montĆ³n de espinas, un policĆ­a que pasaba se percata de lo sucedido y lleva a ambos niƱos a la comisarĆ­a de donde serĆ­an recogidos mĆ”s tarde por sus respectivas madres.

Al aƱo siguiente, Cayetano agrede a su vecina Ana Neri, de apenas 18 meses. Le conduce hasta un baldƭo en donde le golpea repetidamente en la cabeza con una piedra. Nuevamente es descubierto por un policƭa quiƩn pone fin al ataque y le detiene, pero, dada su corta edad es dejado en libertad esa misma noche.

ExtraƱamente, el que serĆ­a el primer asesinato de Cayetano pasĆ³ desapercibido y solamente serĆ­a descubierto aƱos despuĆ©s cuando lo relata, en su confesiĆ³n ante la policĆ­a. SegĆŗn Ć©l cuenta, en 1906 toma a una niƱa de aproximadamente 2 aƱos y la lleva hasta un baldĆ­o sobre la calle RĆ­o de Janeiro donde intenta estrangularla, despuĆ©s, decide enterrarla viva en una zanja que cubre con latas. Las autoridades, al conocer este crimen, se trasladan hasta el lugar pero se encuentran con que se habĆ­a edificado una casa de dos pisos. La historia no pudo ser corroborada a pesar de que los archivos policiales registran una denuncia por desapariciĆ³n con fecha 29 de marzo de 1906, de una niƱa de tres aƱos de nombre MarĆ­a Roca Face, tomada en la comisarĆ­a 10ĀŖ. La niƱa desaparecida nunca fue encontrada.

Ese mismo aƱo, al parecer apenas algunos dĆ­as despuĆ©s de cometer su primer asesinato, Cayetano serĆ­a denunciado ante la policĆ­a por su padre al descubrir que ha martirizado a algunas aves domĆ©sticas. Fiore encuentra dentro de un zapato de su hijo un pĆ”jaro muerto y, debajo de su cama, una caja en donde guarda los cadĆ”veres de otras aves. A continuaciĆ³n se reproduce el acta que en aquella ocasiĆ³n fue levantada.

"En la Ciudad de Buenos Aires, a los 5 dĆ­as del mes de abril del aƱo 1906, compareciĆ³ una persona ante el infrascrito. Comisario de Investigaciones, la que previo juramento que en legal forma prestĆ³, al solo efecto de justificar su identidad personal dijo llamarse Fiore Godino, ser italiano, de 42 aƱos de edad, con 18 de residencia en el paĆ­s, casado, farolero y domiciliado en la calle 24 de Noviembre 623. Enseguida expresĆ³: que tenĆ­a un hijo llamado Cayetano , argentino, de 9 aƱos y 5 meses, el cual es absolutamente rebelde a la represiĆ³n paternal, resultando que molesta a todos los vecinos, arrojĆ”ndoles cascotes o injuriĆ”ndolos; que deseando corregirlo en alguna forma, recurre a esta PolicĆ­a para que lo recluya donde crea oportuno y para el tiempo que quiera. Con lo que terminĆ³ el acto y previa Ć­ntegra lectura, ser ratificĆ³ y firmĆ³. Fdo.: FRANCISCO LAGUARDA, Comisario. -Fiore Godino"."Se resolviĆ³ detener al menor Cayetano Godino y ser remitiĆ³ comunicado a la AlcaidĆ­a Segunda DivisiĆ³n, a disposiciĆ³n del seƱor Jefe de PolicĆ­a"

Cayetano pasĆ³ recluido poco mĆ”s de dos meses y despuĆ©s regresa a las calles, como ya no asiste a la escuela vuelve a dedicarse a la vagancia, sumido en sus morbosas fantasĆ­as, masturbĆ”ndose continuamente.

El 9 de septiembre de 1908 vuelve a las andadas, conduce a Severino GonzĆ”lez CalĆ³, de 2 aƱos, a una bodega ubicada frente al Colegio del Sagrado CorazĆ³n, ahĆ­ lo sumerge en una pileta para caballos cubriĆ©ndola despuĆ©s con una tabla para ahogar al pequeƱo. El propietario del lugar, ZacarĆ­as Caviglia, descubre la tentativa pero Godino se defiende diciendo que el niƱo habĆ­a sido llevado hasta allĆ­ por una mujer vestida de negro de la que suministra seƱas particulares. Es conducido a la comisarĆ­a de donde es recogido al dĆ­a siguiente. 

Seis dĆ­as mĆ”s tarde, el 15 de septiembre, en Colombres 632, quema con un cigarrillo los pĆ”rpados de Julio Botte, de 22 meses de edad. Es descubierto por la madre de la vĆ­ctima, pero alcanza a huir. 

El 6 de diciembre Fiore y LucĆ­a Godino, cansados de los continuos problemas causados por Cayetano vuelven a entregarlo a la policĆ­a, esta vez es enviado a la Colonia de Menores Marcos Paz en donde permanece por tres aƱos. Durante su encierro concurre a clases en donde medio aprende a leer y escribir. 

La estancia de Cayetano en Marcos Paz, lejos de regenerarlo, le endurece. El 23 de diciembre de 1911 regresa a las calles; ahora es un criminal frĆ­o y terriblemente potenciado.

Su liberaciĆ³n se da, al parecer, a peticiĆ³n de sus padres con quienes regresa a vivir. En un fĆŗtil intento por redimirlo de su secuela criminal se habĆ­an ocupado de conseguirle trabajo en una fĆ”brica, por desgracia solamente es capaz de mantener el puesto por tres meses. 

Nuevamente comienza a vagar por las calles, pero esta vez no se circunscribe a los barrios conocidos, sus vagabundeos le llevan a frecuentar lugares y personas del mƔs bajo nivel de moral de la pujante ciudad de Buenos Aires. Asimismo, comienza a sufrir fuertes dolores de cabeza que se traducƭan en ganas de matar, sobre todo despuƩs de tomar alcohol.

1912 es un aƱo que marca hitos en mƔs de una historia, por un lado se desata la guerra en los estados balcƔnicos y por otra el Titanic se lleva al fondo del mar toda la gloria y pompa con que fue bautizado.

El 17 de enero del fatĆ­dico 1912 Cayetano, quiĆ©n ya es conocido en las calles con el sobrenombre de "Petiso Orejudo", se introduce en una bodega de la calle de Corrientes y da rienda a otra de sus grandes pasiones; el fuego. El incendio que provoca tarda cuatro horas en ser sofocado por los bomberos. DespuĆ©s de su arresto declararĆ­a: "Me gusta ver trabajar a los bomberos… es lindo ver como caen en el fuego."

El 26 de enero de 1912 un crimen aterrador conmueve a la sociedad porteƱa. El cadĆ”ver del menor Arturo Laurora, de 13 aƱos es encontrado en una casa puesta en alquiler en la calle PavĆ³n. El cuerpo es descubierto, golpeado y semidesnudo, con un trozo de cordel atado alrededor del cuello. Su desapariciĆ³n habĆ­a sido reportada apenas el dĆ­a anterior. Las investigaciones no conducen a ningĆŗn lado. Posteriormente Cayetano confesarĆ­a la autorĆ­a de este crimen.

El 7 de marzo siguiente Cayetano prende fuego a las ropas de Reyna Bonita Vaƭnicoff de cinco aƱos, la pequeƱa fallece 16 dƭas despuƩs de debatirse entre la vida y la muerte en el Hospital de NiƱos.
En los meses siguientes el Petiso causa dos incendios mƔs que son controlados fƔcilmente por los bomberos sin que se produzcan vƭctimas.

El 24 de septiembre, mientras trabaja en una bodega propiedad de Paulino GĆ³mez, Cayetano mata de tres puƱaladas a una yegua. No fue detenido por falta de pruebas. Apenas unos dĆ­as despuĆ©s prende fuego a la EstaciĆ³n Vial de la compaƱƭa de tranvĆ­as Anglo-Argentina, el incendio fue controlado por los bomberos. 

En noviembre 8 el Petiso Orejudo, con engaƱos como siempre, convence a Roberto Russo de 2 aƱos a acompaƱarlo a un almacĆ©n en donde supuestamente le comprarĆ­a unos caramelos. Le lleva hasta un alfalfar a pocas cuadras en donde le ata los pies y procede a ahorcarlo con un trozo de la cuerda que usa para atarse los pantalones, son descubiertos por un peĆ³n del alfalfar quiĆ©n los entrega a las autoridades. Cayetano declara haber encontrado atado al niƱo y estarlo rescatando cuando son descubiertos, es liberado por falta de mĆ©rito.

El 16 del mismo mes, en un baldĆ­o situado en las calles de DeĆ”n Funes y Chiclana, intenta golpear a Carmen Gittone de 3 aƱos. Un vigilante hace acto de presencia y el agresor consigue escapar. DĆ­as despuĆ©s, el 20 de noviembre, se lleva de la esquina de MuƱiz y Directorio a la niƱa Catalina Naulener de 5 aƱos. Busca un baldĆ­o por la calle Directorio, pero antes de encontrarlo la menor se resiste a seguir. Godino se descontrola y la golpea. El dueƱo de la casa ubicada en el nĆŗmero 78 de la mencionada calle interviene y Cayetano logra huir de nuevo. 

El Ćŗltimo crimen del Orejudo es probablemente el mejor documentado de su espectacular carrera, su vĆ­ctima, Gerardo Giordano de apenas tres aƱos sale, como todas las maƱanas despuĆ©s de desayunar con sus padres, de su casa ubicada en la calle Progreso nĆŗmero 2185 para reunirse con sus amiguitos y jugar a todo aquello que acostumbran jugar los niƱos en esa edad. Esa misma maƱana del 3 de diciembre, a pesar de los acostumbrados gritos de su padre, Cayetano sale de su casa ubicada en Urquiza 1970, ya lleva clavada entre los ojos la determinaciĆ³n terrible de matar. 

DespuƩs de vagabundear un rato por las calles, Santos Godino encuentra, en la calle Progreso un grupo de chicos jugando. Se les suma sin despertar ninguna sospecha porque, despuƩs de todo, su aspecto de idiota siempre le ha permitido ganar la confianza de sus vƭctimas

Poco despuĆ©s consigue convencer a Gerardo para que lo acompaƱe a comprar unos caramelos. Un rato antes y sin Ć©xito, invitĆ³ a Marta Pelossi, de 2 aƱos de edad; pero la menor, asustada, se refugiĆ³ en su domicilio.

Asƭ pues, vƭctima y homicida se encaminan sin apuro hacia el almacƩn ubicado en Progreso 2599 en donde compran dos centavos de caramelos de chocolate. Enseguida el mƔs chico los reclama, pero Godino, imperturbable, resuelve dosificarlos: le permite algunos, y le promete los demƔs si acepta acompaƱarlo hasta cierto lugar alejado, la Quinta Moreno.

Una vez en la entrada, el chico llora y se resiste a entrar. Pero el asesino lleva hecho demasiado, ni siquiera vacila: lo agarra con violencia de los brazos, lo introduce en la quinta y lo arrincona cerca de un horno de ladrillos. Lo derriba con fuerza y lo aquieta poniĆ©ndole la rodilla derecha sobre el pecho. Godino conoce el mecanismo: con apuro, pero sereno, se quita el piolĆ­n que lleva por cinturĆ³n (se trata de esos lazos de algodĆ³n que se utilizan en albaƱilerĆ­a para sostener las plomadas), y empieza a enrollarlo en el cuello de Gerardo, le da 13 vueltas y procede a estrangularlo. Pero Gerardo intenta levantarse, asĆ­ que Cayetano procede a atarle de pies y manos cortando la cuerda con un cerillo encendido. De nuevo procede a asfixiarlo con el cordel pero el chiquillo se resiste a morir. Una idea cruza por la mente de Cayetano; ¿Por quĆ© no atravesarle la cabeza con un clavo? 

Uniendo la acciĆ³n a la idea el Petiso se da a la tarea de encontrar la herramienta deseada, su bĆŗsqueda le lleva al exterior del local en donde topa con el padre de Gerardo quiĆ©n le pregunta por el paradero del niƱo, imperturbable, Cayetano, le responde no haberlo visto y le sugiere dirigirse a la comisarĆ­a mĆ”s prĆ³xima a levantar un reporte. 

Mientras tanto el Orejudo encuentra un viejo clavo de 4 pulgadas, regresa con Ʃl junto a su vƭctima, usando una piedra como martillo lo hunde en la sien del niƱo moribundo y despuƩs de cubrirlo con una vieja lƔmina de zinc huye de la escena del crimen.

Esa noche, durante la velaciĆ³n de su vĆ­ctima, Cayetano hace acto de presencia. DespuĆ©s de observar durante algĆŗn tiempo el cadĆ”ver de Gerardo huye llorando del lugar. (SegĆŗn declarĆ³ posteriormente, deseaba ver si el cadĆ”ver aun tenĆ­a el clavo en su cabeza) Para su desgracia dos policĆ­as, el Subcomisario Peire y el principal Ricardo Bassetti ya habĆ­an ligado cabos con casos anteriores y esa misma madrugada se allanĆ³ el hogar de los Gordino arrestando a Cayetano, encontrando en sus bolsillos un artĆ­culo de periĆ³dico aun fresco que relataba los pormenores del asesinato y en sus pantalones restos del piolĆ­n con que habĆ­a intentado ahorcar a Gerardo.

Tras ser detenido confesĆ³ cuatro homicidios y numerosas tentativas de asesinatos. En una primera instancia, Santos Godino fue declarado irresponsable y se lo recluyĆ³ en el Hospicio de las Mercedes, en el pabellĆ³n de alienados delincuentes, donde atacĆ³ a dos pacientes. Uno estaba invĆ”lido en una cama. Otro se movĆ­a en silla de ruedas. DespuĆ©s intentĆ³ huir.

Lo trasladaron a la PenitenciarĆ­a Nacional de la calle Las Heras y finalmente, en 1923 se le trasladĆ³ al penal de Ushuaia, la provincia mĆ”s austral de la Argentina, a la "CĆ”rcel del Fin del Mundo". En 1927 los mĆ©dicos del penal le hicieron una cirugĆ­a estĆ©tica en las orejas, porque creĆ­an que allĆ­ radicaba su maldad. Obviamente este tratamiento "radical" no sirviĆ³ de nada.

En 1936 pidiĆ³ la libertad y se la negaron: de los dictĆ”menes mĆ©dicos elaborados por los doctores Negri y Lucero y los doctores Esteves y Cabred se concluye que;

"Es un imbƩcil o un degenerado hereditario, perverso instintivo, extremadamente peligroso para quienes lo rodean" .

De su vida de recluso se sabe poco. Apenas alguna anĆ©cdota como la siguiente: en 1933, consiguiĆ³ detonar la furia de los presos porque matĆ³ al gato mascota del penal arrojĆ”ndolo junto con los leƱos al fuego; le pegaron tanto que tardĆ³ mĆ”s de veinte dĆ­as en salir del hospital.

Las circunstancias de su muerte, ocurrida en Ushuaia el 15 de noviembre de 1944 siguen siendo nebulosas. Supuestamente muriĆ³ a causa de una hemorragia interna causada por un proceso ulceroso gastroduodenal, pero se sabe que habĆ­a sido maltratado y, con frecuencia, violentado sexualmente. SobrellevĆ³ los largos dĆ­as de la cĆ”rcel, sin amigos, sin visitas y sin cartas. MuriĆ³ sin confesar remordimientos.

El penal de Ushuaia fue finalmente clausurado en 1947. Cuando el cementerio fue removido sus huesos ya no estaban.


Perfil PsicolĆ³gico
El mĆ©dico Amador L. Lucero (1870-1914) era un prestigioso forense y la Justicia requiriĆ³ sus servicios para este caso. Su extenso y erudito informe fue publicado, como un capĆ­tulo del libro “PsicopatologĆ­a forense”. Lucero traza el perfil psicolĆ³gico de Godino, luego de analizar en detalle sus crĆ­menes, tentativas de asesinato, actividades de pirĆ³mano y  hĆ”bitos de vida. De acuerdo a la terminologĆ­a cientĆ­fica de su Ć©poca, concluye dictaminando que Cayetano Santo Godino podĆ­a clasificarse como “degenerado hereditario”, “imbĆ©cil” y “loco moral”. su texto es de gran utilidad para informarse exhaustivamente sobre los estremecedores delitos que perpetrĆ³ Godino. Respecto de ellos, jamĆ”s expresĆ³ el menor remordimiento, sino todo lo contrario.  La CĆ”mara de Apelaciones, por unanimidad, dispuso en 1915 que “El petiso orejudo” fuera confinado por tiempo indeterminado. Lo llevaron a la CĆ”rcel de Usuhaia. AllĆ­, en una ocasiĆ³n, torturĆ³ al gato de la carpinterĆ­a del penal, cosa que indignĆ³ a los internos. La paliza descomunal que le propinaron, determinĆ³ su internaciĆ³n, por veinte dĆ­as, en el hospital. MuriĆ³ en 1944 en Ushuaia, en circunstancias que nunca se aclararon del todo.

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Godino “sabĆ­a que estaba haciendo mal en el momento del hecho”. Veamos las transcripciones de las preguntas y respuestas que he seleccionado de los diĆ”logos mantenidos con los peritos:

-Perito: ¿Piensa usted, que tiene derecho a matar niƱos?

-Godino: No soy el Ćŗnico, otros tambiĆ©n lo hacen.

-Perito: ¿Por quĆ© mataba usted a los niƱos?

-Godino: Porque me gustaba.

-Perito: ¿Por quĆ© buscaba usted los terrenos baldĆ­os?

-Godino: Porque asĆ­ nadie me veĆ­a.

-Perito: ¿Por quĆ© huĆ­a despuĆ©s de matar a los niƱos y producĆ­a incendios?

-Godino: Porque no querĆ­a que me agarrara la policĆ­a.

-Perito: ¿Con que objeto fue usted a la casa del niƱo Giordano el mismo dĆ­a que lo mato?

-Godino: Porque sentĆ­a deseos de ver al muerto.

-Perito: ¿Con que objeto le tocĆ³ usted la cabeza al muerto?

-Godino: Para ver si tenĆ­a el clavo.

-Perito: ¿DĆ³nde le gustarĆ­a a usted mĆ”s vivir, en este asilo o en la cĆ”rcel?

-Godino: En la cƔrcel.

-Perito: ¿Por quĆ©?

-Godino: Porque aquĆ­ estĆ”n los locos y yo no soy loco. Estoy contento de estar preso, no saldrĆ­a sino acompaƱado de un vigilante. Ya todo el mundo me conoce. Y ademĆ”s, el padre del muchacho ¡si me agarra, me mata! – ¿CĆ³mo lo he engaƱado? es que cuando me preguntĆ³ por su hijo le dije que no lo habĆ­a visto y que lo buscara en la comisarĆ­a.

-Perito: ¿No te han inculcado algĆŗn principio religioso?

-Godino: Como no, si soy bautizado.

Surge evidentemente del interrogatorio que Godino, en el momento de cometer crĆ­menes, tenĆ­a “capacidad penal” es decir, la capacidad de “entender y querer”, la capacidad de “obrar” o como lo significa el cĆ³digo penal hoy vigente, “capacidad para comprender la criminalidad del acto y dirigir las propias acciones”.


Biografia:
 Cayetano Santos Godino, mĆ”s conocido por su apodo El Petiso Orejudo (Buenos Aires, 31 de octubre de 1896 – penal de Ushuaia, 15 de noviembre de 1944), fue un joven asesino en serie, uno de los mayores sociĆ³patas en la Historia de Argentina, ya que a principios del siglo XX fue responsable de la muerte de cuatro niƱos, siete intentos de asesinato, y el incendio de siete edificios.

Los Godino llegaron a Buenos Aires desde Italia. Fiore y Lucƭa eligieron desembarcar en 1884 en el puerto de la Perla de SudamƩrica con todas sus esperanzas depositadas en la nueva tierra. La pareja era originaria del pueblo de Romano, en la provincia calabresa de Cosenza.1

Fiore fue responsable de la formaciĆ³n de quien se convertirĆ­a en el primer asesino en serie de la historia policial argentina. AlcohĆ³lico y golpeador, habĆ­a contraĆ­do sĆ­filis tiempo antes del nacimiento de Cayetano. El niƱo vino al mundo con graves problemas de salud. De hecho, durante sus primeros aƱos de vida estuvo varias veces al borde de la muerte a causa de una enteritis. Durante toda su niƱez Cayetano fue vĆ­ctima de fuertes golpes y maltratos realizados por su padre.

No fue el Ćŗnico hijo de aquella pareja de italianos pobres que sufrirĆ­a graves enfermedades. Su hermano Antonio era epilĆ©ptico y, ademĆ”s, siguiendo el mal ejemplo de su padre, se convirtiĆ³ en un bebedor irrecuperable. MĆ”s tarde este se sumarĆ­a a Fiore en los castigos aplicados sobre su hermano menor.2

La niƱez de Cayetano Godino transcurriĆ³ en la calle, vagando. A partir de los cinco aƱos concurriĆ³ a varias escuelas, de donde siempre fue expulsado por su falta de interĆ©s en los estudios y su comportamiento rebelde. El escenario de sus correrĆ­as y carrera criminal serĆ­an los terrenos baldĆ­os y conventillos de los barrios de Almagro y Parque Patricios, por entonces todavĆ­a al borde de la pampa. Era una zona de quintas de descanso. Pero tambiĆ©n era un arrabal poblado por paisanos y extranjeros.

Primeros casos[editar]
Miguel Depaoli: El 28 de septiembre de 1904, cuando Godino contaba con apenas 7 aƱos se lleva a fuerza de engaƱos a Miguel Depaoli, de casi dos aƱos, hasta un baldĆ­o y allĆ­ lo golpea para luego arrojarlo sobre un montĆ³n de espinas. Un policĆ­a que pasaba se percata de lo sucedido y lleva a ambos niƱos a la comisarĆ­a, de donde serĆ­an recogidos mĆ”s tarde por sus respectivas madres.3
Ana Neri: Al aƱo siguiente, Godino agrede a una infante vecina de apenas 18 meses. La conduce hasta un baldĆ­o en donde la golpea repetidamente en la cabeza con una piedra. Nuevamente es descubierto por un policĆ­a quien pone fin al ataque y lo detiene pero ―dada su corta edad―, es dejado en libertad esa misma noche.3
MarĆ­a Rosa Face (tres aƱos de edad): 29 de marzo de 1906. El que serĆ­a el primer asesinato de Godino pasĆ³ desapercibido y solamente serĆ­a descubierto aƱos despuĆ©s cuando Ć©l mismo lo confesĆ³ ante la policĆ­a. SegĆŗn contĆ³, en 1906 tomĆ³ a una niƱa de aproximadamente tres aƱos y la llevĆ³ hasta un terreno baldĆ­o sobre la calle RĆ­o de Janeiro, donde intentĆ³ estrangularla. DespuĆ©s la enterrĆ³ viva en una zanja, que cubriĆ³ con latas. Las autoridades, al conocer este crimen, se trasladaron hasta el lugar pero encontraron que se habĆ­a edificado una casa de dos pisos. Sin embargo, en la comisarĆ­a 10.ĀŖ quedĆ³ registrada una denuncia por desapariciĆ³n con fecha 29 de marzo de 1906, de una niƱa de tres aƱos de nombre MarĆ­a Rosa Face. La niƱa desaparecida nunca fue encontrada.
El 5 de abril de 1906, apenas algunos dĆ­as despuĆ©s de cometer su primer asesinato, Godino fue denunciado por su padre al descubrir que habĆ­a martirizado a algunas aves domĆ©sticas. Fiore encuentra dentro de un zapato de su hijo un pĆ”jaro muerto y, debajo de su cama, una caja en donde guarda los cadĆ”veres de otras aves. A continuaciĆ³n se reproduce el acta que en aquella ocasiĆ³n fue levantada.

En la Ciudad de Buenos Aires, a los 5 dĆ­as del mes de abril del aƱo 1906, compareciĆ³ una persona ante el infrascripto Comisario de Investigaciones, el que previo juramento que en legal forma prestĆ³, al solo efecto de justificar su identidad personal, dijo llamarse Fiore Godino, ser italiano, de 42 aƱos de edad, con 18 de residencia en el paĆ­s, casado, farolero y domiciliado en la calle 24 de Noviembre 623. Enseguida expresĆ³: que tenĆ­a un hijo llamado Cayetano, argentino, de 9 aƱos y 5 meses, el cual es absolutamente rebelde a la represiĆ³n paternal, resultando que molesta a todos los vecinos, arrojĆ”ndoles cascotes o injuriĆ”ndolos; que deseando corregirlo en alguna forma, recurre a esta PolicĆ­a para que lo recluya donde crea oportuno y para el tiempo que quiera. Con lo que terminĆ³ el acto y previa Ć­ntegra lectura, se ratificĆ³ y firmĆ³. Fdos: Francisco Laguarda, comisario. Fiore Godino. Se resolviĆ³ detener al menor Cayetano Godino y se remitiĆ³ comunicado a la AlcaidĆ­a Segunda DivisiĆ³n, a disposiciĆ³n del seƱor jefe de policĆ­a.
Cayetano Godino estuvo recluido poco mĆ”s de dos meses y despuĆ©s regresĆ³ a las calles. Como ya no asistĆ­a a la escuela vuelve a dedicarse a la vagancia.

Severino GonzĆ”lez CalĆ³: El 9 de septiembre de 1908 conduce a Severino GonzĆ”lez, de 2 aƱos, a una bodega ubicada frente al Colegio del Sagrado CorazĆ³n. AhĆ­ lo sumerge en una pileta para caballos cubriĆ©ndola despuĆ©s con una tabla para ahogar al pequeƱo. El propietario del lugar, ZacarĆ­as Caviglia, descubre la tentativa pero Godino se defiende diciendo que el niƱo habĆ­a sido llevado hasta allĆ­ por una mujer vestida de negro, de la cual suministra seƱas particulares. Es conducido a la comisarĆ­a, de donde es recogido al dĆ­a siguiente.
Julio Botte: Seis dƭas mƔs tarde, el 15 de septiembre, en Colombres 632, quema con un cigarrillo los pƔrpados de Julio Botte, de 22 meses de edad. Es descubierto por la madre de la vƭctima, pero alcanza a huir.
El 6 de diciembre, Fiore y LucĆ­a Godino, cansados de los continuos problemas causados por Cayetano ―que entonces tenĆ­a 12 aƱos― vuelven a entregarlo a la policĆ­a. Esta vez es enviado a la Colonia de Menores Marcos Paz en donde permanece durante tres aƱos. Mientras permanece encerrado acude a clases en donde aprende a leer y escribir un poco. La estancia de Godino en el reformatorio, lejos de regenerarlo, lo endurece. El 23 de diciembre de 1911 regresa a las calles; ahora es un criminal frĆ­o y terriblemente potenciado. Su liberaciĆ³n se da, al parecer, a peticiĆ³n de sus padres con quienes regresa a vivir. En un fĆŗtil intento por redimirlo de su secuela criminal se habĆ­an ocupado de conseguirle trabajo en una fĆ”brica, pero por desgracia solamente es capaz de mantener el puesto durante tres meses.

Nuevamente comienza a vagar por las calles, pero esta vez no se circunscribe a los barrios conocidos, sus vagabundeos lo llevan a frecuentar lugares y personas del mƔs bajo nivel moral de la pujante ciudad de Buenos Aires. Asimismo, comienza a sufrir fuertes dolores de cabeza que se traducƭan en ganas de matar, sobre todo despuƩs de tomar alcohol.

1912[editar]
El 17 de enero de 1912 Cayetano, quien ya es conocido en las calles con el sobrenombre de Petiso Orejudo, se introduce en una bodega de la calle Corrientes y da rienda a otra de sus grandes pasiones; el fuego. El incendio que provoca tarda cuatro horas en ser sofocado por los bomberos. DespuƩs de su arresto declararƭa:

Me gusta ver trabajar a los bomberos… Es lindo ver cĆ³mo caen en el fuego.
VĆ­ctimas[editar]

Severino GonzĆ”lez CalĆ³, a quien intentĆ³ asesinar.
Arturo Laurora: El 25 de enero de 1912 se denunciĆ³ la desapariciĆ³n de un menor de 13 aƱos. Al dĆ­a siguiente se descubriĆ³ el cadĆ”ver en una casa puesta en alquiler en la calle PavĆ³n. El cuerpo fue descubierto golpeado y semidesnudo, con un trozo de cordel atado alrededor del cuello. Las investigaciones no conducen a ningĆŗn lado. En diciembre de 1912 Godino confesarĆ” la autorĆ­a de este crimen.
Reyna Bonita VaĆ­nicoff: El 7 de marzo de 1912 Godino prendiĆ³ fuego a las ropas de una niƱa de cinco aƱos. La pequeƱa falleciĆ³ tras 16 dĆ­as de agonĆ­a en el Hospital de NiƱos.
En los meses siguientes de 1912, Godino causa dos incendios mƔs que son controlados fƔcilmente por los bomberos sin que se produzcan vƭctimas.
El 24 de septiembre de 1912, mientras trabaja en una bodega propiedad de Paulino GĆ³mez, Godino mata de tres puƱaladas a una yegua. No fue detenido por falta de pruebas.
Apenas unos dĆ­as despuĆ©s prende fuego a la estaciĆ³n Vail, ubicada en las actuales calles Carlos Calvo y Oruro, propiedad de la compaƱƭa de tranvĆ­as Anglo-Argentina. El incendio fue controlado por los bomberos.
Roberto Russo: El 8 de noviembre de 1912, Godino convence con engaƱos a Roberto Russo, de dos aƱos, para que lo acompaƱe a un almacĆ©n en donde presuntamente le comprarĆ­a unos caramelos. Lo lleva hasta un alfalfar a pocas cuadras en donde le ata los pies y procede a ahorcarlo con un trozo de la cuerda que usa para atarse los pantalones. Son descubiertos por un peĆ³n del alfalfar, quien los entrega a las autoridades. Cayetano Godino declarĆ³ que habĆ­a encontrado atado al niƱo y lo estaba rescatando cuando fueron descubiertos. Es liberado por falta de mĆ©rito.
Carmen Ghittone: El 16 de noviembre de 1912, en un baldƭo situado en las calles DeƔn Funes y Chiclana, intenta golpear a Carmen Ghittone, de tres aƱos. Un vigilante hace acto de presencia y Godino consigue escapar.
Catalina Naulener: Dƭas despuƩs, el 20 de noviembre, se lleva de la esquina de MuƱiz y San Juan a la niƱa Catalina Naulener, de cinco aƱos. Busca un baldƭo por la calle Directorio, pero antes de encontrarlo la menor se resiste a seguir. Godino se descontrola y la golpea. El dueƱo de la casa ubicada en San Juan 78 interviene y Godino logra huir de nuevo.

Cayetano Godino ya adulto.


Gesualdo Giordano:3 El Ćŗltimo crimen del Orejudo es probablemente el mejor documentado de su carrera. El 3 de diciembre de 1912, su vĆ­ctima ―de apenas tres aƱos― saliĆ³ como todas las maƱanas despuĆ©s de desayunar con sus padres, de su casa ubicada en la calle Progreso 2185 para reunirse con sus amiguitos a jugar. Esa misma maƱana ―a pesar de los acostumbrados gritos de su padre―, Cayetano Godino sale de su casa ubicada en Urquiza 1970. DespuĆ©s de vagabundear un rato por las calles, Santos Godino encuentra en la calle Progreso al grupo de chicos jugando. Se les suma sin despertar ninguna sospecha porque su aspecto de idiota siempre le ha permitido ganar la confianza de sus vĆ­ctimas. Poco despuĆ©s consigue convencer a Gesualdo para que lo acompaƱe a comprar unos caramelos. Un rato antes y sin Ć©xito, invitĆ³ a Marta Pelossi, de 2 aƱos de edad, pero la menor, asustada, se refugiĆ³ en su domicilio. AsĆ­ pues, vĆ­ctima y homicida se encaminan sin apuro hacia el almacĆ©n ubicado en Progreso 2599 en donde compran dos centavos de caramelos de chocolate. Enseguida el mĆ”s chico los reclama, pero Godino, imperturbable, resuelve dosificarlos: le permite algunos, y le promete los demĆ”s si acepta acompaƱarlo hasta cierto lugar alejado, la Quinta Moreno (donde actualmente se levanta el Instituto Bernasconi). Una vez en la entrada, el chico llora y se resiste a entrar. Pero el asesino lleva hecho demasiado, ni siquiera vacila: lo agarra con violencia de los brazos, lo introduce en la quinta y lo arrincona cerca de un horno de ladrillos. Lo derriba con fuerza y lo aquieta poniĆ©ndole la rodilla derecha sobre el pecho.

Godino conoce el mecanismo: con apuro, pero sereno, se quita el piolĆ­n que lleva por cinturĆ³n (se trata de esos lazos de algodĆ³n que se utilizan en albaƱilerĆ­a para sostener las plomadas), y empieza a enrollarlo en el cuello de Gesualdo, le da 13 vueltas y procede a estrangularlo. Pero Gesualdo intenta levantarse, asĆ­ que Godino procede a atarle de pies y manos, cortando la cuerda con un cerillo encendido. De nuevo procede a asfixiarlo con el cordel pero el chiquillo se resiste a morir. Busca otra manera de matarlo. Godino se da a la tarea de encontrar alguna herramienta adecuada. Su bĆŗsqueda lo lleva al exterior del local en donde se topa con el padre de Gesualdo, quien le pregunta por el paradero del niƱo. Imperturbable, Godino le responde no haberlo visto y le sugiere dirigirse a la comisarĆ­a mĆ”s prĆ³xima a levantar una denuncia. Mientras tanto el Orejudo encuentra un viejo clavo de 4 pulgadas (10 cm), regresa con Ć©l junto a su vĆ­ctima, y usando una piedra como martillo lo hunde en la sien del niƱo moribundo. DespuĆ©s de cubrirlo con una vieja lĆ”mina de zinc, huye de la escena del crimen. Esa noche, durante el velatorio de su vĆ­ctima, Godino hace acto de presencia. DespuĆ©s de observar durante algĆŗn tiempo el cadĆ”ver de Gesualdo, huye llorando del lugar. SegĆŗn declarĆ³ posteriormente, deseaba ver si el cadĆ”ver aĆŗn tenĆ­a el clavo en la cabeza. Para su desgracia dos policĆ­as, el subcomisario Peire y el principal Ricardo Bassetti ya habĆ­an ligado cabos con casos anteriores. Esa misma madrugada del 4 de diciembre de 1912 allanaron el hogar de los Godino y arrestaron a Cayetano. En sus bolsillos encontraron un artĆ­culo de periĆ³dico aĆŗn fresco que relataba los pormenores del asesinato y en sus pantalones restos del piolĆ­n con que habĆ­a ahorcado a Gesualdo.
Condena
Tras ser detenido confesĆ³ cuatro homicidios y numerosas tentativas de asesinatos. En noviembre de 1914 el juez en lo penal de sentencia Dr. Ramos MejĆ­a absolviĆ³ a Godino considerĆ”ndolo penalmente irresponsable y ordenĆ³ remitir las actuaciones al Juzgado en lo civil para formalizar su internaciĆ³n por tiempo indefinido y se lo recluyĆ³ en el Hospicio de las Mercedes, en el pabellĆ³n de alienados delincuentes. AllĆ­ atacĆ³ a dos pacientes: uno invĆ”lido en una cama y el otro en silla de ruedas. DespuĆ©s intentĆ³ huir. A raĆ­z de la apelaciĆ³n de la sentencia la CĆ”mara de Apelaciones en lo Criminal resolviĆ³ por unanimidad que Santos Godino fuera confinado (mientras no hubiera asilos adecuados) en una penitenciarĆ­a por tiempo indeterminado, por lo que le trasladaron a la PenitenciarĆ­a Nacional de la calle Las Heras.

Penal de Ushuaia

El Petiso Orejudo en el Penal de Ushuaia, en 1923.
Diez aƱos despuĆ©s, en 1923, se le trasladĆ³ al Penal de Ushuaia, Tierra del Fuego, conocida como la CĆ”rcel del Fin del Mundo. En 1927 los mĆ©dicos del penal ―basĆ”ndose en los estudios seudocientĆ­ficos de Lombroso― creĆ­an que en las orejas radicaba su maldad, por lo que le practicaron una cirugĆ­a estĆ©tica para achicĆ”rselas.[cita requerida] Este radical tratamiento no tuvo resultados.

En 1936, Godino pidiĆ³ la libertad y se la negaron: los dictĆ”menes mĆ©dicos elaborados por los doctores Negri y Lucero y los doctores Esteves y Cabred concluyeron que «es un imbĆ©cil o un degenerado hereditario, perverso instintivo, extremadamente peligroso para quienes lo rodean». De su vida de recluso se sabe poco. Apenas alguna anĆ©cdota como la siguiente: en 1933 consiguiĆ³ detonar la furia de los presos porque matĆ³ al gato mascota del penal arrojĆ”ndolo junto con los leƱos al fuego; le pegaron tanto que tardĆ³ mĆ”s de veinte dĆ­as en salir del hospital.

Fallecimiento[editar]
Las circunstancias de su muerte, ocurrida en Ushuaia el 15 de noviembre de 1944 siguen siendo nebulosas. Se presume que muriĆ³ a causa de una hemorragia interna causada por un proceso ulceroso gastroduodenal, pero se sabe que habĆ­a sido maltratado y, con frecuencia, violentado sexualmente. SobrellevĆ³ los largos dĆ­as de la cĆ”rcel, sin amigos, sin visitas y sin cartas. MuriĆ³ sin confesar remordimientos.

SegĆŗn otros,4 5 los policĆ­as del penal habrĆ­an comentado que Godino muriĆ³ a manos de los reclusos, quienes lo golpearon hasta matarlo, luego de que este matara a la mascota de los presos, un gato.

El penal de Ushuaia fue finalmente clausurado en 1947. Cuando el cementerio fue removido, los huesos de este asesino serial ya no estaban.

Informes mƩdicos[editar]

Mural con el retrato de Cayetano Santos Godino en Ushuaia (Argentina).

ReproducciĆ³n a tamaƱo natural del Petiso Orejudo en su celda.
Los siguientes son resĆŗmenes de los informes mĆ©dicos, que constan en el Archivo General de los Tribunales (en Buenos Aires), SecciĆ³n Penal, legajo n.Āŗ 2255 Criminal, 2.Āŗ cuerpo, folios 213-260.

Informe Negri-Lucero (31 de enero de 1913)[editar]
El procesado Godino es un alienado mental o insano o demente, en las acepciones legales.
Es un degenerado hereditario, imbĆ©cil que sufre la locura moral, por definiciĆ³n, muy peligrosa.
Es irresponsable.
Informe de VĆ­ctor Mercante (24 de febrero de 1913)[editar]
Cayetano Santos Godino no sabe leer, escribe tan solo su firma y conoce los nĆŗmeros hasta 100. Posee una suma de conocimientos generales muy mala, obtenidos por educaciĆ³n refleja.
Es un tipo absolutamente inadaptable a la escuela comĆŗn; solo con educaciĆ³n individual hubiera podido alcanzar algĆŗn Ć©xito.
Se ha desenvuelto en un medio desfavorable a la formaciĆ³n de una conducta correcta.
Priman en Ć©l los instintos primarios de la vida animal con una actividad poco comĆŗn, mientras que los sociales estĆ”n poco menos que atrofiados. Es un tipo agresivo, sin sentimientos e inhibiciĆ³n, lo que explica su inadaptabilidad a la disciplina didĆ”ctica.
Ofrece del punto de vista fƭsico, diversos estigmas degenerativos, los mƔs caracterƭsticos del tipo criminal.
Sus sentidos y la capacidad para conocer, no ofrecen anomalĆ­as, se presentan normales; asimismo normales sus capacidades psĆ­quicas, si bien inestable la atenciĆ³n por falta de direcciĆ³n afectiva.
En cambio, ofrece como estigma fundamental de su vida moral, la idiotez afectiva; los sentimientos sociales, directrices de la acciĆ³n, son poco menos que nulos.
De suerte que sus estados de conciencia contienen normalmente, todos los elementos menos uno, fundamental que la desequilibra, el afectivo, que es algo asĆ­ como el timĆ³n de la conducta.
Informe Ernesto Nelson (1 de abril de 1913)[editar]
Godino es un caso de degeneraciĆ³n agravada por el abandono social de que Ć©l ha sido vĆ­ctima, y que por lo tanto no puede hacĆ©rsele responsable de sus crĆ­menes, aun cuando su libertad serĆ­a peligrosa.
Informe Esteves - Cabred (29 de mayo de 1913)[editar]
Que Cayetano Santos Godino se halla atacado de alienaciĆ³n mental.
Que su alienaciĆ³n mental reviste la forma de imbecilidad.
Que esta imbecilidad es incurable.
Que Godino es totalmente irresponsable de sus actos.
Que presenta numerosas anomalĆ­as fĆ­sicas y psĆ­quicas.
Que carece de condiciones para el trabajo disciplinado.
Que tiene nociĆ³n de la responsabilidad de sus actos, lo cual se observa en muchos alienados.
Que es un impulsivo consciente y extremadamente peligroso para los que lo rodean.
Que debe permanecer, indefinidamente, aislado en el manicomio en que se encuentra.
FilmografĆ­a[editar]
2007: El niƱo de barro, dirigida por Jorge Algora (Madrid, 1963); el Petiso Orejudo es representado por el actor Abel Ayala (1988).
Referencias[editar]
Vallejos, Marcelo (1993): «Los crĆ­menes del Petiso Orejudo», en la revista Todo es Historia, n.Āŗ 312, pĆ”g. 8; 1993.
Notas[editar]
Volver arriba ↑ Leonel Contreras, La leyenda del Petiso Orejudo (Cayetano Santos Godino), Ediciones TurĆ­sticas de Mario Blanchik, Buenos Aires, Argentina, 2003, pĆ”g. 23, ISBN 987-9473-27-2.
Volver arriba ↑ Pombo, Gabriel: Historias de asesinos. Montevideo (Uruguay): Editorial JurĆ­dica Carlos Ɓlvarez, 2010, pĆ”g. 61. ISBN 978-9974-611-38-2.
↑ Saltar a: a b c Vairo, Carlos Pedro. «Preso n.Āŗ 90: El Petiso Orejudo o Cayetano Santos Godino». En Zagier & Urruty Publications. El presidio Ushuaia. Una colecciĆ³n fotogrĆ”fica. The prison Ushuaia. A photo collection (en espaƱol e inglĆ©s). Buenos Aires (Argentina): Zagier & Urruty Publications. Museo MarĆ­timo de Ushuaia. pp. 141-146. ISBN 978-187-95-6839-6. OCLC 41230911.
Volver arriba ↑ Moreno, MarĆ­a (1994): El Petiso Orejudo. Buenos Aires: Planeta, 1994; pĆ”g. 98.
Volver arriba ↑ Ricardo Basetti (1973): «La Buenos Aires del Petiso Orejudo», artĆ­culo en la revista Mundo Policial, n.Āŗ 23. Buenos Aires, enero-febrero de 1973.

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