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El poder de la hoguera

12. LA FAMILIA DE SAWNEY BEANE
Sawney Beane naciĆ³ en una familia granjera a las afueras de Edimburgo, cerca de la costa oeste de Escocia, en algĆŗn momento a finales del XVI. 
AcompaƱado de su mujer, abandona el hogar siendo muy joven, e inician un viaje hacia el lado opuesto del paĆ­s. En mitad de la travesĆ­a deciden ocultarse en una profunda caverna. La entrada era una pequeƱa grieta a travĆ©s de la cual se extendĆ­a una cueva de alrededor de una milla. 
Esta caverna le sirviĆ³ como hogar a los Beane durante los prĆ³ximos veinticinco aƱos.

Al principio subsistĆ­an de las pertenencias que habĆ­an robado a los distintos viajantes que fueron asaltados y asesinados. Pero pronto sus necesidades iban a ser mĆ”s exigentes. El incesto era una prĆ”ctica habitual en la caverna, de tal forma que se mantenĆ­an relaciones entre hermanos, padres, madres e hijos... La necesidad de comida iba en aumento, pues la familia seguĆ­a creciendo. La soluciĆ³n a sus problemas, la seguĆ­an encontrando en los viajantes que asaltaban, pero Ć©sta vez transportaban el cadĆ”ver a la caverna, donde era devorado. Se aficionaron a la carne humana.
Durante 25 aƱos estuvieron desapareciendo viajeros en las extensiones rocosas de Galloway; lo Ćŗnico que se encontraba de los desaparecidos eran restos, partes de los cuerpos halladas ocasionalmente en la costa, despojos que no solĆ­an consumir y arrojaban al mar.
Estos restos humanos suscitaban las mĆ”s diferentes teorĆ­as. Una de ellas era que los viajantes podrĆ­an estar siendo atacados por una manada de lobos; sin embargo, Ć©sta hipĆ³tesis no se sostuvo durante mucho tiempo pues no sĆ³lo desaparecĆ­an individuos que viajaban solos, sino que tambiĆ©n se echaron en falta a grupos, en ocasiones atacaban a grupos de cuatro, cinco e incluso seis personas si iban a pie, eso sĆ­, nunca a mas de dos si iban a caballo. Eran muy cuidadosos asegurĆ”ndose las posibles vĆ­as de escape y nunca dejaban a nadie con vida. Otra explicaciĆ³n, era mĆ”s descabellada: podrĆ­a ser que los terrenos rocosos estuvieran habitados por hombres lobo o demonios.
Con el tiempo surgiĆ³ otra hipĆ³tesis, alguno de los dueƱos de las posadas los debĆ­a ejecutar por las noches mientras dormĆ­an y enterrarlos en algĆŗn lugar aislado para no ser descubiertos. Esto ocasionĆ³ muchos juicios a inocentes que segĆŗn la tradiciĆ³n de la Ć©poca eran torturados hasta que se les arrancaba una confesiĆ³n de culpabilidad y posteriormente eran ejecutados. Gran cantidad de posaderos inocentes fueron asesinados por este motivo y muchos otros abandonaron su trabajo por miedo a ser los siguientes. Esto ocasionĆ³ que la zona aĆŗn se volviese mĆ”s desierta y el trĆ”nsito de mercaderes y viajeros descendiera.
Una tarde, un grupo de 30 personas regresaban a casa tras haber pasado el dĆ­a fuera cuando escucharon unos gritos delante de ellos. Al llegar al lugar del tumulto se encontraron con un hombre que se defendĆ­a pistola en mano contra una banda de atacantes de aspecto salvaje. Cerca de Ć©l yacĆ­a su mujer en el suelo, destripada, mientras algunos de los atacantes le arrancaban pedazos de carne y se la comĆ­an cruda. Las mujeres del clan la habĆ­an cortado el cuello y bebĆ­an su sangre. El hombre temeroso de caer su misma suerte se defendĆ­a desesperadamente con su pistola asĆ­ como con su espada contra una "jaurĆ­a" de entre 25 y 30 hombres del clan. Los viajeros, atĆ³nitos, no podĆ­an creer lo que veĆ­an. Al ser descubiertos, el clan de los Beane huyĆ³ hacia las colinas. Ya existĆ­an pruebas sobre las misteriosas desapariciones. La persona que aportĆ³ el testimonio sobre lo ocurrido fue el marido superviviente del ataque. La historia llegĆ³ a oĆ­dos del rey James I de Inglaterra, el cual decidiĆ³ tomar serias medidas: enviĆ³ a 400 soldados acompaƱados de perros de caza a la zona; los perros hallaron rĆ”pidamente la entrada de la caverna, el fuerte olor a carne les facilitĆ³ la bĆŗsqueda.
Los soldados penetraron en la cueva siguiendo el pasadizo en forma de zigzag hasta llegar al hogar de los Beany. AllĆ­ encontraron a 48 personas: Beane y su mujer, sus 8 hijos, 6 hijas, 18 nietos y 14 nietas, fruto de los continuos incestos entre todos ellos. El lugar estaba lleno de brazos, piernas y demĆ”s miembros, amontonados unos sobre otros. Algunos trozos de carne habĆ­an sido salados, con intenciĆ³n de conservarlos para los siguientes meses. 
Tras ser descubiertos, el rey los calificĆ³ como bestias salvajes no merecedoras de juicio alguno. Tanto Sawney como los 26 hombres del clan fueron torturados y desmembrados en pĆŗblico. Todo el proceso fue contemplado por las mujeres, a quienes les esperaba la hoguera.



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