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¿Aguas con tu nómina!


Fauna Política

Por Rodolfo Herrera Charolet


Ante la crisis mundial que amenaza la tranquilidad de millones, entre ellos, los mexicanos, sin duda alguna una de las medidas que deben ser tomadas, está la solidaridad. Pensar que el tener un empleo en el gobierno es garantía de que nada nos pasará, es una fantasía. En virtud de que precisamente el servidor público es el primero que puede ver amenazado su futuro laboral, en virtud de que no hay nada tan “ajustable” como la permanencia en un empleo gubernamental, sumado el vaivén de los partidos en el ejercicio del poder. Esta eventualidad aporta un ingrediente más de inestabilidad y por lo consiguiente es un factor que influye en la corrupción.


A partir del 31 de octubre, los bancos, han iniciado un procedimiento de embargo de las nóminas de los empleados que reciben su pago por el sistema de pago electrónico, con la complacencia de sus patrones (en este caso de la dependencia que autoriza el depósito), de tal suerte, que ni los servidores públicos se han salvado de ser víctimas de este procedimiento de cobro “a lo chino”, para pagar el saldo deudor de su tarjeta de crédito.


Esta acción de los banqueros, deleznable y arbitraria se ampara en las letras chiquitas que nadie lee, cuando firma los contratos de dichos instrumentos financieros, ni tampoco tiene en su poder dichas copias de contrato, porque los bancos nunca proporcionan dicho ejemplar. Dicho de otra forma, nadie sabe lo que firmó cuando recibió el mentado plástico.


Si bien es cierto de que el sueldo es inembargable (eso pregona la ley), como un derecho irrenunciable del trabajador, en los hechos, la norma ha sido rebasada y rota por la voracidad y sobreprotección al sistema bancario nacional. Una realidad que deja mal parados a los legisladores federales y a las autoridades administrativas que lo permiten o se hacen de la vista gorda. Puesto que no hay nada tan injusto, como el regreso de la tienda de raya, disfrazada ahora de institución financiera.


Si lo duda, veamos dos ejemplos.


El 31 de octubre del 2008, el Banco Santander Serfìn y BBV Bancomer (ambos "inversión española") que recibe la nómina del gobierno del Estado de Puebla y otras empresas privadas, inició el embargo de los depósitos en cuentas de nómina de funcionarios públicos y trabajadores asalariados que tenían algún tipo de adeudo con la institución bancaria. Esta reducción arbitraria en el ingreso neto de los asalariados cautivos al sistema, provocó que más de uno se indignara de dicha acción unilateral, amén de provocarle una crisis hacia el seno familiar, desestabilizar su precaria economía y alterar su programa de pagos; renta, colegiaturas, gastos personales, medicamentos y otros.


Si bien es cierto que el Banco tiene derecho a cobrar, también lo es, que para realizar tal acción debería tener una orden judicial, toda vez, que el deudor (asalariado en este caso) bien puede impugnar aquellos saldos o llegar a una negociación con la institución financiera. Sin embargo, amparada por aquellas famosas letras chiquitas, procedió al embargo de aquella cantidad que a su juicio satisface su aviesa necesidad de cobro, en detrimento del sujeto cautivo.


En el mes de junio próximo pasado, todos los empleados que tienen algún afore, se enteraron de que sus aportaciones netas a su fondo de retiro, sufrieron una lamentable pérdida financiera, en virtud de que dichos fondos “invertidos” en instrumentos financieros de alto rendimiento, no lograron el rendimiento esperado, por el contrario, hubo pérdidas de hasta el 50% de las aportaciones, dicho más simple, en lugar de ganar rendimientos, los fondos aportados por los trabajadores, el gobierno y los empleadores, se perdieron.


Al menos la mitad de los importes netos. No obstante de la ineficiencia financiera de la responsable (institución financiera) cobró comisiones por su manejo. Dicho mucho más simple, el Banco perdió, al menos, la mitad de las aportaciones netas recibidas en el primer semestre del año 2008, de la totalidad de los trabajadores, que se traduce en una pérdida de miles de millones de pesos en detrimento de dichos fondos.


A pesar de ello, las instituciones financieras reportaron utilidades por cobro de comisiones. Lo cual resulta lógico en virtud de que los sujetos cautivos a estas atrocidades financieras, pagamos la ineficiencia de los banqueros por medio de comisiones permitidas, cuando la legislación debería premiar la eficiencia y en su caso, en función de la utilidad y no de las pérdidas.


Hasta ahora, ningún líder sindical, ni ningún legislador federal o local ha levantado la voz para exigirle a las instituciones financieras mayor transparencia de dicho manejo y en su caso, acotar dichos instrumentos o al menos, que los banqueros expliquen cómo le van a hacer, para recuperar la pérdida, si se sabe que para recuperar dicha pérdida se requerirá al menos de 10 años, tomando en cuenta que el rendimiento del remanente aporte un rendimiento neto del 10 por ciento anual. Porcentaje que paga en promedio las Afores, contra el 10 o 20 por ciento de interés mensual que cobra por créditos otorgados.


Después de estos dos ejemplos, algunos piensan, que esto no les afecta, sin embargo, es en resumen solo dos hechos nacionales que está afectando a miles de mexicanos, sin que hasta ahora nadie haya resuelto nada. Pero volviendo a mi propuesta inicial y que solo se limita al enunciado del primer párrafo. Ante tanta injusticia, solo queda regresar al origen. Aportando mi primera sugerencia:


Que tu nómina te la paguen a la antigüita, en pesos constantes y sonantes y tu sabes como la gastas. Si te pagan con cheque te obligan a las colas de horas en los bancos y ser objeto de asaltos. Si te la pagan con el plástico te cobran comisiones y te embargan los saldos. No sé que sea peor, el ladrón que espera fuera del banco o el que opera desde adentro.


¿O no lo cree usted?


P.D. Esta queja continuará.

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