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En la guerra como en el amor…

Fauna Política
En la guerra como en el amor…
Por Rodolfo Herrera Charolet

Es posible que muchos analistas políticos y hasta periodistas –que narran parte de la historia– se desgarren las vestiduras ante la publicidad anticipada de algunos aspirantes a ocupar cargos públicos a partir del 2011 y que deben pasar por el tamiz de su partido en el 2009 y competir abiertamente en el 2010. Un camino que se ha convertido en tortura para los deseosos de la competencia electoral.

Ante la incapacidad operativa de algunos aspirantes, la falta de dinero de la mayoría y el excesivo control de las normas de competencia, el ingenio mexicano ha resuelto algunos de los problemas, puesto que los legisladores se quedaron cortos al parchar la ley electoral, algo que en principio resulta imperfecto y que ociosamente algunos se empecinan en criticar.

Analicemos los motivos y tratemos de colocarnos en los zapatos del “hacedor de leyes” o al menos del “que aprueba las leyes” –por cierto no utilicé el verbo “votar” porque parece que el que “vota las leyes”, pero a la basura es el aspirante– antes de lapidarlo por su presunta falta de visión.

El artículo 200 bis del Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Puebla (COIPEP), agregado por decreto el 12 de diciembre del 2006, establece que: “Los partidos políticos debidamente acreditados o registrados ante el Instituto, con base en sus estatutos o normatividad interna aplicable, podrán realizar precampañas para elegir a los ciudadanos que presentarán como candidatos a puestos de elección popular ante los organismos electorales competentes para su registro. Ningún ciudadano podrá realizar actividades propagandísticas y publicitarias, con el objeto de promover su imagen personal, de manera pública y con el inequívoco propósito de establecer su postulación a un cargo de elección popular, sólo podrán realizar tales actividades aquellos ciudadanos que participen dentro de un proceso de selección interna de candidatos a cargos de elección popular que lleven a cabo los partidos políticos, ajustándose siempre a los plazos y disposiciones establecidos en esta Ley. El incumplimiento a esta norma dará motivo a que el Instituto, a través de sus órganos competentes y en los plazos correspondientes, fundado, motivado y previamente acreditado el incumplimiento, les niegue el registro como candidato.”

El problema de este artículo es que los aspirantes han hecho uso de una estrategia que en principio no rompe con el ordenamiento antes citado, en virtud de que:

001.- El Código referido (COIPEP) aclara que se entiende por “precacampaña electoral al conjunto de actividades que de manera previa al registro de candidatos, son llevadas a cabo por ciudadanos que aspiran a ser candidatos para algún cargo de elección popular y dentro de un proceso de selección interna organizado por un partido político con el propósito de ser postulados por éste. Las precampañas forman parte del proceso electoral y se circunscriben a la etapa preparatoria de la elección.” Hipótesis que no encuadra en los promocionales que han inundado la ciudad, porque ninguno de los aspirantes se ha registrado, ni existe aún una contienda interna avalada por el partido, ni tampoco existe en este momento un proceso interno organizado por el partido para seleccionar a su candidato.

002.- En la publicidad de Montero que pudiera ser endilgada a Mario Montero Serrano, la promoción se hace al titular del noticiero que lleva 40 años al aire y que ya se escribe en el Record Guiness. De ninguna manera puede ser tomado como prueba de que dicho promocional sea para apoyar al aspirante a la Presidencia Municipal, puesto que la ley no establece una prohibición a persona o empresa de promoverse en el ámbito radiofónico o hacer referencia a su prestigio. Si de paso beneficia al aspirante, es mera coincidencia, como también lo es el promocional de una prestigiada marca de automotores. ¿Ingenioso verdad?

003.- Sin embargo, la publicidad abierta y descarada que hace gala de imaginación e ingenio, sin duda la de Pericles, que dicho sea de paso se le adjudica a Pericles Olivares, otro aspirante a la Presidencia Municipal, sin embargo en los promocionales, se afirma que se hace en memoria de un filósofo griego que murió hace más de 2000 mil años y que es motivo de homenaje en nuestra Angelópolis, aún cuando el momento que se ha seleccionado es el electoral. Para quienes desean buscar algún indicio de que dicho promocional es prueba plena de que el aún Secretario de Trabajo y Competitividad se hace publicidad, primero deberán de reclamarle al viejo Pericles su fama de filósofo.

En el caso de otros aspirantes, su publicidad es menos ingeniosa, pero utiliza los agujeros negros de la ley –¿Agujeros negros? … si, y ese es motivo de otro comentario.

¿O no lo cree usted?

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