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La chica de negro


Crónicas de lo Cotidiano
La camisa blanca contraataca
Por Rodolfo Herrera Charolet


En la época que compartía mi oficina con Juan Penas, cierto día mi secretaria llamó por el intercomunicador anunciando la presencia de una dama que buscaba al gerente, le dije que pasara. Juan Penas, rubicundo, bajo de estatura, con cabello un tanto necio, vestía impecablemente. Yo, en cambio, de manera informal, camisa a cuadros y saco sport, zapatos Canada.


Poco después irrumpió en nuestra oficina una dama de escultural belleza, enfundada toda de negro, una top que evidenciaba la ausencia del sostén y con un escote cubierto con una finísima tela de encaje, resaltando su rostro blanco, sus labios color carmesí, cejas y contornos cuidadosamente delineados que enmarcaban sus profundos ojos azules, con respiración un poco acelerada a causa de su rápido ascenso por la escalera:


-¿Es usted el gerente? - preguntó a Juan Penas, quien se ruborizó de inmediato y titubeo al señalarme.


Es cierto que “el hábito no hace al monje pero lo distingue” y mientras un empleado administrativo, haga lo que tiene que hacer y cumpla con su trabajo, poco interesa su vestimenta y mucho menos importa el color de su camisa. Generalmente el vestuario de un individuo implica sus posibilidades de ascender y llegar a ser un buen elemento. La capacidad del individuo puede ser alentada o tomada en cuenta dependiendo de su imagen y comportamiento.


Para la juventud de los finales de los 60´s el símbolo del viejo orden, estaba representado, entre muchos casos, por el uso de la camisa blanca en los empleos administrativos. La moda entonces impuso el de usar camisas de colores, pasando de los tenues hasta los chillantes.


Hoy en día una camisa blanca de puro algodón es la diferencia entre estar bien vestido y vestir de manera memorable. La camisa blanca de textura Oxford es poco más casual, con trama rígida y generalmente no va bien con un saco formal. La camisa blanca de paño fino o popelina, es suave como la seda y debe usarse con mancuernillas.


Para el diseñador italiano Giorgio Armandi, el usar trajes oscuros y camisa blanca, no importa si es en la oficina, el bar o el cine, las miradas que atraigan le estarán diciendo que usted es un profesionista talentoso. ¡Ahora! que si usted mide 1.90 y tiene una cara como galán de cine nacional o internacional o en el estacionamiento tiene un vehículo deportivo y bastante caro, poco importa la camisa que tenga puesta o el color del traje y sin duda alguna mujer, como la “dama de negro”, poco interés tendrá en el hábito del monje.


Por lo pronto ahora uso camisa blanca, esperando encontrarme nuevamente con esa dama y causarle mejor impresión, recordando que la quincena no alcanza para comprar vestimenta Armandi, Versánchez, Niki, y Louis Vuitrón, entre otras.


Es viernes de quincena, nos vemos en la venta nocturna de Palacio de Hierro, dan puntos extra si gasta más de 30 mil pesos en un año. Aproveche es una verdadera oferta, aunque después tenga que empeñar el auto para pagar los intereses acumulados.


Esta historia continuará.

Cholula, Semana Santa de 1995 y actualizado en el 2006.

En la foto: Alma Aguilar / Modelo

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